Siempre ha presumido de ser un tipo normal pero rodeado de fama. Sin embargo, la vida de Tom Hanks dista mucho de ser ordinaria.

Hizo frente al sida mientras lidiaba con la homofobia del sistema legal de Filadelfia y también consiguió enamorar a una sirena rubia. Salvó al escurridizo soldado Ryan y hasta consiguió trabar amistad con una pelota de voleibol llamada Wilson. Es el único actor que ha logrado dos Oscar consecutivos en la segunda mitad del siglo XX.

ese a sus dilatadas hazañas, y las que le quedan por vivir, a sus 61 años el actor de Concord (California) todavía tiene energía desarrollar nuevos talentos. Y es que además de un icono del cine, resulta que Tom Hanks también sabe escribir. Lo demuestra en su libro «Tipos singulares y otros relatos» (Roca Editorial, 2018), publicado en España este jueves 10 de mayo, una colección de cuentos que tienen más de sí mismo de lo que quiere hacernos creer al resto de los mortales.

Acostumbrado a cambiar de registro, Hanks entrena ahora el músculo de la imaginación, inventando 17 capítulos sobre tipos particulares. Desde el típico pagafantas, capaz de hacer submarinismo «por amor», al inmigrante que huye de la guerra civil de su país; de un millonario a un jugador de bolos convertido en estrella del canal deportivo ESPN.

 Y, por supuesto, un actor en busca de trabajo, aunque cuesta creer que a él, al contrario que otras actrices de su edad, le resulte complicado. Hanks, en su empeño por mostrar que se atreve con todo, ni rehúye los estragos del paso del tiempo ni la polémica actual que empaña el Festival de Cannes, con esa rivalidad cada vez más insalvable entre las plataformas de streaming y la prensa: «Antes que la HBO, Netflix y las otras ciento siete cadenas de entretenimiento llevaran al Lux a la ruina, yo me pasaba horas viendo películas en aquel palacio del cinema antaño esplendoroso. Ahora no es más que un puesto tras otro de supuestas antigüedades», reflexiona en uno de sus relatos.

Escrito en hoteles

El propio actor aparece con una máquina de escribir diferente en cada capítulo, en las fotografías de Kevin Twomey que ilustran el libro. Un pequeño homenaje a su pasión de coleccionista por este aparato, aunque, eso sí, para escribir el libro prefirió el ordenador portátil.

Todo surgió a partir de un relato que publicó en «The New Yorker», «Alan Bean y cuatro más», que tiene su pequeño hueco en el libro, de casi 400 páginas. «En los dos años en que escribí el libro, hice películas en Nueva York, Berlín, Budapest y Atlanta y escribí en todas ellas. Escribí en hoteles durante viajes de prensa. Escribí en vacaciones. Escribí en aviones, en casa y en la oficina. Y cuando podía hacer un horario y mantenerlo, escribí por las mañanas de 9.00 a 13.00 horas», dijo sobre el esfuerzo para compatibilizar esta nueva faceta entre rodajes.

Ya lo dice su colega, el humorista y también escritor Steve Martin: «Ahora resulta que Tom Hanks también es un escritor inteligente y divertido con una imaginación tan sorprendente como inagotable. Maldita sea». No se olvida de dedicar su primer libro, best seller en EE.UU. a su mujer Rita Wilson y «a los niños».