La temperatura cayó brutalmente durante el fin de semana en Los Ángeles, pero eso no bastó para enfriar el ardor de miles de fans del fenómeno “Crepúsculo”, que acampan en el centro de la ciudad a la espera de la última entrega de la saga que cambió sus vidas.

Ya era una tradición en Los Ángeles. En noviembre de cada año, los alrededores del cine Nokia, en el centro de la megalópolis, se llenan de tiendas de campaña y un número inusitado de adolescentes que, a intervalos regulares, gritan: “¡Robeeeert!”, “¡Kristeeeen!” y “¡Tayloooor!”.

Tradicionalmente, este escenario aloja el estreno mundial y la alfombra roja -o, más bien, vampíricamente negra- de las películas de la saga “Crepúsculo” (“Twilight”), que atrae a los fans más motivados, dispuestos a acampar días enteros para conseguir un autógrafo, una foto o una sonrisa.

Este año, el estreno de la quinta entrega de la serie tiene lugar este lunes. Ha llegado el momento del adiós y los fans acampan desde el jueves de la semana pasada.

“Vengo todos los años desde el capítulo 2, “Luna nueva”. Al principio uno venía y se instalaba donde encontrara lugar, pero este año había una lotería y no quedé en el Campamento 1. Quedé en el sexto, en un estacionamiento”, dijo Sean Evans, un joven de 19 años que aún no ha digerido tal afrenta.

El Campamento 1, vecino al lugar por donde pasará la “alfombra negra”, es obviamente el mejor lugar pero apenas aloja, a pesar de seis hileras de tiendas de campaña que se pierden de vista, una pequeña parte de los 2,200 fans atraídos por el estudio Lionsgate-Summit, productor de la saga. Los demás están en los estacionamientos.

El estudio cuida a sus fans con actividades, gradas para ver la alfombra roja y la presencia de la autora de la saga, la estadounidense Stephenie Meyer, dedicada a firmar autógrafos en los afiches de la película.

En el laberinto de carpas cubiertas de carteles, decoraciones -una de ellas, con guirnaldas de flores blancas, fue transformada en la capilla de bodas de los héroes, Bella y Edward-, las banderas reflejan el carácter mundial de la saga: Gran Bretaña, Venezuela, Francia, España, Australia, Canadá…

Thais Santos, una brasileña del noreste que viajó desde Belém con su madre y cofanática Maria, consiguió un lugar en el Campamento 1 y sintió que había “cumplido un sueño”: durante la tarde, tres actores de reparto hicieron una sorpresiva visita -cuidadosamente planificada por la producción- que provocó histeria en los fans.

Para esta joven de 19 años hay un antes y un después de “Crepúsculo”.

“Cuando descubrí los libros de Stephenie Meyer, estaba triste, tenía problemas con mi familia. Pero ‘Crepúsculo’ me hizo feliz. Desde entonces he cambiado, soy otra persona”, dijo en inglés.

Thais sólo quiere una cosa: conocer a Kristen Stewart. “La amo más que a nada, es mi diva. La quiero tocar, ver si es real. Si me firma un autógrafo, me voy a tatuar su firma”, dijo.

El californiano Sean Evans, de su lado, sólo tiene ojos para “su héroe” Taylor Lautner, el escultural hombre lobo de la saga. “Lo he visto varias veces y él es la razón por la que sigo viniendo. Ojalá consiga sacarme una foto con él”, dijo el fan, uno de los pocos varones del campamento.

Un poco apartadas están las “Twilight Moms”, las madres de familia cautivadas por la serie. Jenny Updike, que tiene cinco hijos, viajó sola desde Draper (Utah, oeste), para acampar frente al cine Nokia.

“Creo que Edward (interpretado por Robert Pattinson) le habla al corazón de todas las mujeres”, declaró. “La idea de un amor eterno le toca a todo el mundo”.

Para esta mujer de 37 años, “Crepúsculo” fue un medio perfecto “para escapar de la vida real. Es agradable huir de un mundo en el que no hay que lavar la ropa ni los platos ni llevar a los niños a la escuela”.

¿Qué va a hacer ahora que la saga termina? “Voy a mantener a todos los amigos que hice y seguir organizando reuniones ‘Crepúsculo’. Y a tener un sexto hijo”.