Por Sandra Valenzuela

¿De qué manera puede un hombre ingerir veneno y exonerarse de la vida? Ese milagro solo es posible para un poeta y, ese poeta se llama Ángel Orozco, el poeta maldito, el antipoeta que siempre se brinca las trancas a todo lo que lo que pretenda acallar la voz de su conciencia. Veneno para Sócrates posee una exuberancia literaria, sin falsas poses, Orozco libera una vertiginosa poesía, cada uno de los poemas son como flechas en su arco, hace de sus guerras páginas que conforman un libro.

Y le ha dado por indagar sobre los avatares de su existencia, pero fundamenta su poética en la polisemia del lenguaje, se transforma en un “tejedor de milagros” en un transformador de mentes, ¿Tal vez para justificar su propia mentalidad ante él mismo? o quizás ¿es su manera de presenciar su realidad de vida?

La poesía de Ángel Orozco es su manera de abolir los obstáculos, revocar los valores establecidos por los retratistas de una doble moral que se encuentran ligados a la cultura, sociedad y política de su época. Su cuerpo tempestuoso, erótico y filosófico no necesita disfraz, sus poemas, no dan ni piden explicaciones para serenarse ante el estrafalario duelo de su habitación, yo lo he visto bajo la higuera de la madrugada como una estatua arraigado a su lujuria y a sus pasiones más humanas, abrupto, visionario, agresivo…, dulce guardián de la melancolía y de la soledad, tan brutalmente apasionadas como él, yo lo he escuchado diciendo, por ejemplo:

Un puñado de nada

Este sueño te sabe sujeto cognoscente,
te sabe premeditada y decidida
cuando pronuncias mi ausencia
negociando una dialéctica contemporánea
rayando en un sofismo antisocrático:
polaridad vanguardia
en trincheras estáticas,
putrefactas
cadáveres de buenas intenciones,
intestinos y ratas,
cerebros destruidos y sangre epistolar.

Este sueño te sabe sujeto cognoscente,
el devenir eterno:
nunca la misma,
nunca un árbol,
espina de cactus,
colibrí etílico:
y canto
y grito:
No quedan más cojones,
-no tengo tiempo para el tiempo-
prefiero morir como cobarde
-acto final-
que vivir como cobarde.
-y baja el telón-
Gracias.

Veneno para Sócrates parece ajustarse a Crónicas 2, 11, 26 ..., aliméntalo con el pan y el agua de la aflicción. Pero también se ajusta a una estética que hace uso de la parodia, la sátira, el discurso de la exageración con el que se pretende cuestionar y replantear discursos sociales, eróticos, sexuales, sensuales, amorosos, humanos y políticos, además, de la teatralidad del lenguaje y de la palabra artística que visualiza el desencanto de un hombre expresando un contra-discurso.

Instalado ya en la ciudad de Nogales Orozco publica Veneno para Sócrates con su Editorial personal, Rizoma, poemas para desarrollar una moral poética personalizada en donde destacan “Suertudo hijo de puta” “Calamastro” y “Poema anacrónico para Marx y Bakunin” en donde no se niega al toque del clarinete ni al uso de palabras consideradas altisonantes o vulgares, para no exponerse a ser arrastrado por viejos cánones y actitudes tradicionales, que no le permitirían al poeta, explorar distintos mecanismos lingüísticos. Pero Ángel Orozco en ocasiones con un humor negro, gravita en la poesía extraordinaria, un universo que en infinitos instantes se encuentra al borde del colapso, de la catástrofe que se anida en las esquinas de su ciudad y de repente acontece el deseo, la lascivia, la lujuria y, ¿por qué no decirlo? El amor a esa mujer a la que transforma en una imagen poética, (“esa”) a la que añora o aborrece… ESA, con la que sigue fornicando en el valle de las sombras, para no volverse loco cuando la soledad le llena la habitación con pájaros, justo frente a la esfera del destino.

Veneno para Sócrates es la voz del Leviatán que se convierte en hombre para poder amar a una mujer sin destruirla, es aquella bragueta que jamás calla, es el poeta con botas de combate que levanta el telón en el desierto. Veneno para Sócrates es un poemario sublime que también puedes leer en el baño. Veneno para Sócrates es ese tipo de libro que si lo prestas es imposible que te lo regresen.

Nota: Veneno para Sócrates fue presentado en la Plaza Independencia del municipio de Empalme, Sonora; en la  mesa de análisis Cultura y literatura y su impacto social, en las Jornadas Culturales Ayuntamiento de Empalme, Sonora   2019.