Respuestas a esta discusión

Permalink Responder para Javier Aviña Coronado el noviembre 17, 2013 a las 9:22am

Pues cómo decía don Hilarión, el boticario de La Verbena de la Paloma: "Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad". 

Permalink Responder para A el noviembre 17, 2013 a las 1:58pm

Buenas Enrique, mil gracias por el artículo. Sé muy poco de domótica, así que además de informarme aquí, me mueve a buscar información en otros sitios sobre el tema. Lo primero de lo que tuve noticia fue de esas neveras que te informan de la lista de la compra que tienes que hacer (bueno para los ciegos supongo)....¿recuerdas cuando en España en los nuevos edificios empezaron a poner persianas que se subían y bajaban con un botón? Por suerte los desarrollos han llevado a aplicaciones últiles para colectivos con discapacidades. Supongo que será carísimo en España y difícilmente el Estado lo cubrirá. Aquí, en Buenos Aires, también imposible. Así que, a no ser que medie un accidente por el que un seguro pague indemnización, va a ser difícil que sea accesible de manera popular a todos los que pudiesen beneficiarse. Espero que haya organizaciones no gubernamentales y fundaciones que se ocupen de ello. ¡¡¡Tendrías que ver como son las sillas de ruedas de los viejitos aquí en Buenos Aires!!! ¡¡Casi me muero de horror cuando las vi al llegar aquí hace unos siete años!!! Me encanta tu implicación social. De nuevo, muchas gracias. Pd: A propósito que esto da para hablar horas sobre el estado de las infraestructuras.

Permalink Responder para Enrique Ríos Ferrer el noviembre 18, 2013 a las 6:58pm

Querida Elisa, ante todo gracias por tu interés. El coste de implantar domótica en los edificios y sobre todo en las viviendas es muy barato, casi ínfimo, aunque los políticos lo quieran vender como algo para ricos y de lujo.

En España, hay ciudades que comenzaron a implementar hace unos años sistemas en las viviendas y en los propios edificios a precios que ni siquiera modificaban el precio de venta de los inmuebles. De hecho, las viviendas (pisos en bloque, no chalets) donde se instalaban eran modestas en su concepto, no de lujo y ubicadas en barrios normales, no residenciales. Hoy funcionan perfectamente y son viviendas cuyo coste, en algunos casos, no supera los ciento veinte mil dólares. Por supuesto, también se instalan en urbanizaciones de alto standing y en viviendas de más de un millón de dólares.

 Pero ese es el logro precisamente de estas tecnologías, su alcance social. Un rico pondrá una domótica incluso más sofisticada, pero cualquier persona podrá acceder a tener unas funciones básicas y ampliables que mejores su calidad de vida.

 Una vivienda se puede domotizar por apenas dos mil dólares, dotándola de funciones básicas como; encendido de luces, sistema de intrusión (avisa al propietario por teléfono haciendo sonar una alarma) detectores de humo, agua, gas o fuego que avisan de inmediato a los propietarios por teléfono o buscador, . Luego esos sistemas son ampliables en funciones y según las necesidades de los usuarios de las viviendas. Por ejemplo, discapacidad.

 Pero la base, es el conducto por donde pasará el sistema de comunicación entre nodos,y  que ya lo realiza el propio constructor cuando hace la obra, optimizando, y abaratando,  en muchos casos el trabajo de construcción con la instalación tecnológica. Es el caso de los buses para electricidad de los que se aprovecha en paralelo el que se hará para domótica.

 También existen kits más economicos ,  más limitados en funciones, y que no necesitan una infraestructura tan compleja, aunque mantienen las funciones básicas.

 En cualquier caso, el problema principal radica en la falta de apoyo a éstas tecnologías por parte de las asociaciones e instituciones, ya que muchas de ellas, no quieren perder las subvenciones estatales, aunque sea a costa de no mejorar la vida de los que representan.  Lo que las reduce casi a mero capricho. Cuando no lo son en absoluto, si tenemos en cuenta que algunas funciones pueden salvar la vida de sus inquilinos, por ejemplo ante una fuga de gas o incendio.

 Los egoísmos y las políticas del hombre, siempre son el peor enemigo de sí mismo. Aún a costa de su propia evolución.

 Un abrazo.

 

 

Elisa Mejuto dijo:

Buenas Enrique, mil gracias por el artículo. Sé muy poco de domótica, así que además de informarme aquí, me mueve a buscar información en otros sitios sobre el tema. Lo primero de lo que tuve noticia fue de esas neveras que te informan de la lista de la compra que tienes que hacer (bueno para los ciegos supongo)....¿recuerdas cuando en España en los nuevos edificios empezaron a poner persianas que se subían y bajaban con un botón? Por suerte los desarrollos han llevado a aplicaciones últiles para colectivos con discapacidades. Supongo que será carísimo en España y difícilmente el Estado lo cubrirá. Aquí, en Buenos Aires, también imposible. Así que, a no ser que medie un accidente por el que un seguro pague indemnización, va a ser difícil que sea accesible de manera popular a todos los que pudiesen beneficiarse. Espero que haya organizaciones no gubernamentales y fundaciones que se ocupen de ello. ¡¡¡Tendrías que ver como son las sillas de ruedas de los viejitos aquí en Buenos Aires!!! ¡¡Casi me muero de horror cuando las vi al llegar aquí hace unos siete años!!! Me encanta tu implicación social. De nuevo, muchas gracias. Pd: A propósito que esto da para hablar horas sobre el estado de las infraestructuras.