Al respecto, María Teresa Guillot Cárdenas, especialista en dermatología del Hospital General Regional No. 12 del IMSS, señala que, de 35 a 80 por ciento de los pacientes diabéticos padece dermatitis seborreica.
Por la glucosa elevada se origina una condición inflamatoria que causa un cambio en los vasos sanguíneos, que en este caso estimula las glándulas sebáceas, es decir, se produce exceso de grasa en el cuero cabelludo.
Además, el estado inflamatorio de esta área brinda las condiciones propicias para el incremento del hongo Pityrosporum ovale, causante de la caspa y que requiere de ambientes húmedos, pero que no haya sol y viento para su proliferación. En cuanto el microorganismo se instala utiliza la grasa del cuero cabelludo como alimento y tiende a reproducirse rápidamente en pocos días, manifestándose con pequeñas escamas blancas.
En los hombres es más común debido a la acción de las hormonas masculinas, que generan mayor cantidad de grasa en piel, y en quienes usan frecuentemente gorras o sombreros. Los casos se incrementan; en el caso de las chicas, el abuso de geles para el peinado y que se recojan el cabello húmedo favorece la aparición y permanencia del hongo productor.
Existen dos tipos de caspa: seca y gruesa. La primera es la más frecuente y se presenta con escamas finas y secas que se desprenden fácilmente y ocupan toda la piel cabelluda que ocasiona comezón moderada; la caspa grasa presenta escamas más grasosas, espesas y amarillas, se localizan preferentemente en la parte frontal de la cabeza y pueden llegar a formar placas que ocasionan comezón intensa.
La doctora Guillot Cárdenas puntualiza que la dermatitis seborreica es una enfermedad multifactorial que puede tener origen endógeno a través de factores genéticos, estrés, mala nutrición, tipo de piel grasosa, alcoholismo o incluso ciertos medicamentos. Entre las causas externas se encuentran los cambios ambientales que estimulan la producción de grasa por la piel, como ciertas actividades deportivas, malos hábitos higiénicos y dietéticos, y el uso excesivo de cremas grasosas.
Asimismo, hace hincapié en que la caspa no es contagiosa, como muchas personas creen, y que se puede transmitir por contacto directo de una persona a otra o por medio de peines u otros artículos personales.
Sin embargo, sí requiere de control mediante tratamiento para combatir la dermatitis seborreica con productos de base médica que contienen ácido salicílico, selenio, azufre, ketoconasol, termibitafina y ciclopiroxolamina en gel. Si el grado de afectación es severo, es necesario un medicamento oral, como emirasoles, esteroides y termibinafina oral.
La especialista asegura que en nuestros días la gente es más consciente de que la caspa es un problema médico, por lo que es causa frecuente de consulta.
Finalmente, la doctora Guillot Cárdenas aclara que la dermatitis seborreica puede desaparecer con el tratamiento, pero que si no se controlan los factores que la desencadenan puede volver a aparecer; por ello la persona con diabetes debe cuidar en todo momento sus niveles de glucosa y no faltar a las indicaciones de su médico. (Agencia ID)
Fuente: Agencia Iberoamericana para la difusión de la tecnología (DICYT)