Contrato amatorio para un hombre como tú de una mujer como yo…

Dícese del sol que puede ser perjudicial

si se expone demasiado la epidermis al mismo.

Quizás por eso lo enfrento bajo una sombrilla

que a veces el vendaval amenaza con derribar

y otras, soy yo quien desea aventar.

Total…

frente a él,

diría yo,

más…

Después que me beses

sería yo incapaz de besar otra boca

cerrando los ojos,

lo sé...

Después de un beso tuyo,

de la caída libre dentro del estómago,

del galope de un corazón encabritado,

de la humedad en las bóvedas clausaradas al mundo,

del Edén reencontrado en el valle de tu lengua,

de la luz blanca al final del túnel,

del sabor glorificado de tu savia…

¡Vaya Circo! En un bosque tropical de Borikén se disponían unos animalitos a llevar a cabo una reunión preliminar antes de presentarse ante el resto de los animales. A dicha junta se presenciaron: un caballo azul, un alacrán rojo, una cotorra verde y un coquí anaranjado. No, un momento, me falta alguien… ¡sí! una esperanza color acqua, quien llegaba…

Cuan difícil sería para Verónica tenerse que separar de su criaturita para volver al trabajo. La licencia de maternidad se le hizo demasiado corta deleitada en el milagro de ser madre por primera vez y al fin. Vivió muchos años en la desesperanza de que jamás llegaría este momento. A pesar de que había logrado concebir en un par de ocasiones,…

 Ruth friega los platos. Escucha llegar el motor del Corolla 97, color champán. Su marido se baja reprendiendo, de manera poco entendible a su hija adolescente llamada Esther. “¿Qué pasará con la nena?” pensó para sí misma, mientras observaba la escena desde la pequeña ventana Miami que le quedaba justo…

Bendice, Dios,

cada cicatriz en las manos de un escultor,

el grafito en las yemas del dibujante,

la pintura salpicada en la piel del pintor,

amalgama colorida en sus cutículas.

Bendice la larga uña del guitarrista,

del cuatrista y del bajista;

bendice el callo en el dedo del escritor,…

Cuando llegué a la Sombrilla Rosa y noté que era él, mis ojos sólo pudieron ver sus anticuados mezclillas, azul claro, casi a la altura del ombligo. Increíblemente aún usaba su celular enganchado en la correa, y me hubiese atrevido a apostar que ese estuche no portaba un touch screen precisamente. Sus zapatos eran insípidos mientras que su polo chillona estaba abotonada hasta el cuello. Soy demasiado valiente o demasiado curiosa. Me quedé. Al poco rato Cuauhtémoc…

Había una vez una mujer de mirada transparente llamada Océano. Muchos pensaban que sus ojos eran color azul; vivían engañados... Océano era de apariencia hermosa pero sus interiores eran oscuros, mujer infinita e inmensa. A simple vista lucía serena pero bien en el fondo era muy peligrosa, más que el mismo infierno. Un día él se le quiso meter por los adentros y ella, después de ofrendarle su…

Delicias

Concepción de un poema

Por Mara Mariposa

Mis días llenos de intangible,

de aquello que nunca se halla.

Son los míos días de ausencia,

no, no de añoranza,

sólo de nada y más nada…

Me cuesta creer que en algún tiempo

me hirvió la sangre dentro del cuerpo,

que me ahogó en carcajadas la alegría;

me cuesta creer que en algún momento

no me sentí tan vacía.

Mis días son el deshojar de siete pétalos

y una flor más, otra más, otra…

No quiero bañarme,

quiero amanecer con el vaho a esta noche entre mis piernas.

No quiero ducharme,

quiero que mis partes a tu néctar huelan.

Es tan deliciosa esta fragancia

despedida por nuestras pelvis en concordancia,

que me resulta aromaterapia

detonante de nuevas ganas.

No quiero arruinar con jabón

este sublime y exquisito olor

a sexo y a amor,

a pasión entre dos.

Es que es tu venida tan bienvenida,

tan bien recibida,

que…