BUENAS NOCHES MAMI
Entre la casa en la que vivo junto con mis padres y la de mi abuelo hay un edificio de nueva construcción formado por dos pisos y una planta baja que hace las veces de almacén, justo al lado hay una puerta que está hecha de hierro forjado de color negro con algunos remates en forma de dibujos y con la empuñadura pintada de color dorado que es la puerta principal de la entrada a los dos pisos de arriba. En ese almacén es donde guarda las bebidas y tiene la cámara de congelación el propietario del club nocturno el Tucán Rojo. La casa de mis padres y el club privado están construidas pared con pared.
Llevo años yendo de mi casa a casa de mi abuelo a las diez de la noche sin que haya habido ninguna noticia tan importante que tuviera que ser contada. Pero desde hace unos meses vive alquilado en el segundo piso una chica muy joven que no tendrá mas de veinte años es de piel muy blanca y tiene una estatura mediana es una chica con el pelo largo lo lleva caído en forma de trenzas y de color muy negro, a la que llaman Mami.
Mami trabaja a partir de las diez de la noche abriendo un local privado que hace esquina en nuestra calle el local se llama el Tucán Rojo. Mami a las diez abre la puerta del club privado, quita la alarma y luego abre con el mando a distancia la puerta metálica que hay en la planta baja del piso donde ella vive y saca del almacén dos cajas de refrescos y cuatro bolsas de cubitos de hielo.
De entre todas las noches que nos hemos cruzado jamás he querido darle muestras de afecto, no me gusta ajuntarme con chicas que trabajan en el Tucán Rojo ya que solo hacen vida nocturna y cobran por estar contigo.
Mami se ha dado cuenta de que yo no voy a darle ninguna salutación afectuosa y la he visto de reojo deprimirse cada vez que me cruzo con ella y no respondo a sus intereses. Pero más vale eso que darle rienda suelta a mi dinero y gastarlo en cosas que no me van aportar nada ni de joven, ni de mayor; ya que las chicas que están contigo por dinero, dejan de estarlo cuando se te acaba el dinero.
No puedo dejar que Mami me deshonre o me haga adicto a locales nocturnos ya que nuestra relación sería falsa. Además que yo tengo pensado dejar mi herencia genética a través de mis hijos con una pareja estable de paso ella podrá hacer lo mismo. Sí Mami necesita un novio puede contar conmigo siempre que no la siga viendo a las diez de la noche abrir el local nocturno Tucán Rojo de la esquina de la calle dónde vivo.
Pese a que a Mami le sabe muy mal lo que le hago, sobre todo cuando ella sale al balcón de su terraza, un par de horas antes de abrir el Tucán Rojo, justo en ese momento me ve a mí, esquivándole la mirada ha sabiendas de lo que hago y ha sabiendas de lo que me evito. Mami es una chiquilla muy guapa de cara y tiene un cuerpo menudo pero muy agradable de ver, pero por dinero, no le daré mi cariño.
La razón de no saludarla por que trabaja en el club privado de la esquina de mi casa, cambió el día en que Mami no abrió a las diez de la noche el local nocturno ni el almacén, sino que fue el propio dueño quien tuvo que abrir el club privado, un guardia civil retirado del cuerpo, por enfermedad laboral, quien llenó de refrescos y sacó las bolsas con cubitos de hielo aquella noche.
Me extraño tanto ver al guardia civil retirado y dueño del Tucán Rojo sacar las cajas de refrescos y saquitos con cubitos de hielo que inmediatamente mire hacia arriba, en busca del segundo balcón del piso donde vive Mami y llegue justo a tiempo para verla entrar a la carrera hacia dentro de su casa con los brazos levantados diciendo sin chillar pero con entusiasmo que ella ya no trabajaba en el Tucán Rojo.
Aquel hecho lo constaté al día siguiente cuando vi a otra chica, abrir el Tucán Rojo, a la misma hora que yo iba a casa de mi abuelo.
Ahora sé que yo tengo que separar la situación anterior de negar cualquier tipo de relación, ni tan siquiera el saludo, ha pasar a una nueva relación de vecinos. A mí Mami me gusta, pero si quiere estar conmigo tiene que vivir de este modo y dejar de trabajar en el club privado que hace esquina con mi calle y hacer otro tipo de vida que me deje a mi en un plano de igualdad con el resto de mis semejantes o ella tendría para que seguir siendo una chica con la que no voy a alternar y a la que no le voy a dar ningún tipo de saludo o hacerle ninguna mirada afectuosa y ella deberá seguir trabajando en el mismo sitio y olvidarse de mi persona.
He separado lo laboral, de lo personal, y he aprovechando que Mami hace vida diurna para poder fijarme mas en ella, así es que ésta mañana ella se ha asomado al balcón mientras yo estaba tomando el fresco en mi terraza y le he dicho buenos días. Y he podido comprobar de primera mano la expresión de satisfacción y el sentimiento de orgullo de Mami por haber conseguido su objetivo de atraer mi atención sobre ella y a través del saludo cordial y afectuoso ir haciendo amistad conmigo.
Mami sin hacer ningún ruido, a las diez de la noche, que es cuando voy a ver a mi abuelo, baja del segundo piso y se asoma a propósito para mirarme a través del cristal de la puerta principal del edificio donde vive. Par que al pasar no tenga otro remedio que el de ser formal y decirle buenas noches. Ella sabe que ha conseguido algo y noto que le gusta verme pasar y así ella repasar los malos momentos que ha tenido cuando era la encargada de abrir el club privado de la esquina de mi casa, motivo por el cual no era posible recibir el cariño y el afecto por mi parte. Ahora veo lo dichosa que la hago cada vez que la veo ya que ahora no le rehuyo a propósito la mirada, ni le niego el saludo afectuoso, en señal de cariño.
Una de estas noches de verano salió Mami al balcón y coincidió conmigo. Yo soy un escritor de relatos breves para un diario y siempre ando buscando la inspiración, y lo que más me conmueve es salir al balcón de mi casa por la noche cuando el bullicio del día ha terminado para ver si encuentro la inspiración para hacer otro escrito. Así que más de una noche la he visto sentada mirándome en silencio, mientras yo discurría un nuevo relato que escribir.
La chica se porta muy bien conmigo, debe ser qué por ser muy joven y no tiene malos sentimientos ni me provoca desinteresadamente, sino que se sienta en su balcón, y repasa la agenda que tiene en su móvil, yo la veo sonreír y he visto cómo varias veces se le han escapado pensamientos por la boca o ha susurrado en voz muy bajita frases cómo esta:
-Este chico es así yo ya lo sabía.
Mami se queda plantada en su balcón, el tiempo justo para que yo me fije en ella. Y como ella ha provocado en mí un cambio en nuestra relación y ella ya que ha dejado de ser, la encargada de abrir el Tucán Rojo, ahora si la acepto como una vecina más de la calle donde vivo y ha entrado ya a formar parte de la gente que me rodea a diario.
Con Mami personalmente no he hablado nunca, solo nos queremos con la mirada y esperamos el uno del otro, un respeto mutuo, pero tampoco he tenido una presentación formal por parte de ella. Creo que si Mami sigue así terminaremos por hablarnos desde el balcón de nuestra casa, y será la vez que nos haremos las presentaciones y normalicemos nuestra relación.
Yo hasta principios de esta semana, estaba seguro de irme a comprar dos entradas para el cine, para así tener un pretexto para salir con ella una noche, al no ser por que una noche del martes, llamó al timbre del portero automático de su piso una chica muy joven de figura esbelta y piel morena. La chica dijo:
- Hola Mami mañana he quedado con dos chicos para ir a la playa y luego a casa de uno de ellos, me han pagado por adelantado 200 euros y necesito una chica Te ganarás 100 euros y estaremos con ellos dos horas, tienen coche así que no habrá que pagar taxi de vuelta. ¿Puedo contar contigo para mañana? Yo he quedado aquí enfrente de tu casa a las cinco, porqué me he enterado que ya no trabajas en el Tucán Rojo de camarera, y he supuesto que necesitabas el dinero para poder comprar y pagarte los gastos de la casa.
Después de oír esa conversación me dejó claro cuales eran las intenciones de Mami para conmigo. Sólo quería atraerme cómo cliente para los domingos, y cómo me tenía cerca de casa se había fijado en mí, para el día de la semana que libraba, en el Tucán Rojo.
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