El aborto, ley absurda de la muerte

                                                           Martha Estela Torres TorreS

La mayoría de los problemas en México y en otros países surge por no prevenirlos a tiempo, lo vemos cada día en educación pues no se ha logrado aplicar reformas actualizadas para la enseñanza ni reglamentar debidamente los parámetros para el ascenso laboral de maestros en instituciones universitarias. En cuestión de salud es lo mismo, se perdieron años en absoluta indiferencia hasta que empezó a considerarse que la alimentación balaceada es básica para conservar la salud además de ser una cuestión estética. El sobrepeso es un grave padecimiento para las personas y gran problemática para las instituciones públicas que ahora gastan mayores recursos en atender enfermedades y complicaciones derivadas de lo anterior como la hipertensión, diabetes, etc. Si se hubiera invertido a tiempo en cursos, conferencias, nutriólogos, ahora no estaría México en los primeros lugares de enfermedad y sobrepeso de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2017 que alertó sobre la necesidad de cambiar los hábitos alimenticios en México pues el 73% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. 

También existe en la actualidad otro serio problema, los embarazos de adolescentes y jóvenes por falta de campañas educadoras y de prevención. No basta explicar en las escuelas los métodos anticonceptivos y regalar preservativos, esto no ha funcionado y se deduce por los resultados emitidos por el Día Mundial de la Salud Sexual: se reporta que las infecciones de transmisión sexual se dispararon 22% en la población mexicana en 2018. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que anualmente 500 millones de personas contraen una de las cuatro ITS: clamidiasis, gonorrea, sífilis y tricomoniasis. Cita también que más de 530 millones de personas son portadoras del virus que provoca el herpes genital y alrededor de 200 millones de mujeres se infectan con el VPH. Podemos entonces cuestionar el uso de preservativos ¿no se están usando o no son tan seguros como afirman las marcas comerciales?

Los adolescente y muchos jóvenes aún no han alcanzado suficiente madurez para entender la responsabilidad ante sí, ante la familia y la sociedad por ello se tiene que trabajar psicológicamente, de acuerdo a sus ideas religiosas o éticas para hacerlos comprender la magnitud trascendental que tiene en sus vidas adelantar o vivir la actividad sexual sin responsabilidad. Esto es el origen de un problema mayor, el aborto que desde siempre ha sido un tema delicadísimo en el ámbito de salud familiar y social y en el caso de aprobarse a nivel nacional los sistemas de salud tendrán que analizar este punto pues el aborto aumentaría el presupuesto de cobertura como en Argentina donde propusieron la ley para aprobarla con gratuidad en hospitales públicos, y esto de ser así traerá problemas económicos y otras consecuencias que aún no se dimensionan. Al respecto me pregunto si en realidad Argentina está decidida a gastar cifras millonarias en abortos, en lugar de pensar primordialmente: cómo educar éticamente a los jóvenes, cómo prevenir con políticas de contención los embarazos conflictivos y respetar la vida de ambos, pues madre e hijo son igual de valiosos.

El aborto es un tema polémico con diferentes implicaciones y posturas, unos solo ven el problema que causa a la mujer embarazada que no desea el bebé por razones personales, y otros solo ven la vida del bebé y no consideran el conflicto de la madre. Creo que aquí falta prevención como mencionamos, pues no se debe utilizar el aborto como solución para recuperar la estabilidad emocional, al contrario pues es y será siempre la interrupción de la vida. No es cuestión de saber si el bebé tiene unas semanas o unos días. La vida es la vida. Es como decía Tomás Aquino es un espíritu vegetal. Es decir tiene lo corporal y lo divino. Por ello pienso que se debe respetar su vida por principios de orden natural, religioso y de salud.

Lo recomendado es utilizar los medios de prevención ahora tan variados para evitar embarazos y al mismo tiempo enfermedades; principalmente hacer consciencia de todos los problemas que se presentan cuándo no se está preparado para concebir, y volver a la abstención, a la espera consciente y voluntaria para formar una familia o concebir un hijo; esto es por bien personal y de resonancia social, por lo tanto, padres, médicos y maestros debemos advertir los intereses egoístas e imperantes de algunos médicos, clínicas e intermediarios que aprovechan el aborto para obtener ganancias económicas de diversas formas.

 Por valiosas razones es mejor esperar para establecer una alianza segura y digna, previniendo sobretodo el contagio de enfermedades venéreas, principalmente el virus del sida que ningún preservativo detiene, y por supuesto el embarazo. Si todo esto no se considera, el aborto resulta ser pésima solución que tarde o temprano causa arrepentimiento, estrés postraumático y desequilibrio familiar según los terapeutas.

Es cierto que muchas mujeres han abortado por una confusión apremiante, por no ponerse en evidencia ante sus padres, ante la sociedad o tal vez por quedarse sin esposo, sin trabajo, sin recursos para mantener y cuidar hijos, aún así no es lo correcto, sin embargo hay mujeres que abortan por evadir responsabilidades, por vivir en comodidad o en la fiesta; por mantener una vida liberada en todos los sentidos. Creo que hay gran egoísmo, falta de conciencia y humanidad con el ser que ya late y vive en su cuerpo desde el primer instante de la concepción no a las 8 o 12 semanas.

El aborto es cercenar el perpetuo milagro de la vida que surge por buenas o malas decisiones y por más propietaria que sea la mujer de su cuerpo es reprobable la extirpación de la vida humana como si se hiciera una intervención quirúrgica de amígdalas o apendicitis que ciertamente va a crecer  y poner en peligro al paciente, pero nunca por mantener el proceso vital y milagroso como es la gestación humana.

Uno de los recursos que se deben considerar antes de tomar esa decisión tan radical es acudir a los centros comunitarios que existen para embarazadas donde las apoyan y preparan para dar en donación a su hijo a padres adoptivos que no han podido tenerlos y los anhelan con toda el alma.

El matar es crimen cuando se realiza contra personas que de una u otra forma se valen por sí mismas y pueden defenderse de varias manera, con mayor razón matar a un ser pequeñito que apenas puede latir y no puede defenderse de ninguna manera. Esta es la ironía, mientras se condena a delincuentes cien años a la cárcel o a cadena perpetua por matar a otros semejantes que se pueden defender se encuentran las mujeres libres que arrebatan la vida con apoyos médicos y a veces con recursos públicos al ser más débil e indefenso de la tierra.

¡Ningún ser debe eliminar a otro!  Para los que creemos en Dios es una afirmación, y para los que dudan del juicio divino está la ley, la Constitución Mexicana que establece garantías individuales para los que vivimos fuera del vientre materno ¿y para los que dependen aún de la madre acaso no les prevalece el mismo derecho a la vida si solo es cuestión de tiempo para nacer? ¿Por qué el tiempo puede hacer la diferencia entre vivir o morir?

El grito de guerra de mujeres argentinas que se presenció el año pasado en todas las televisoras del mundo fue aterrador, nos cimbró de pies a cabeza, pues como fieras defendieron la muerte cuando fueron creadas precisamente para defender la vida como madres, protectoras y educadoras de la especie humana.

Buscar medios alternativos como la espera, la prevención y la adopción es lo más recomendado, pero ojalá no se decida por la ley absurda de la muerte porque desgraciadamente muchos desconocen que atrás de médicos y enfermeras sin escrúpulos que asesinan todos los días, existen comercios ilícitos que trafican con mercancía humana, adquieren fetos para experimentar y sobre todo para lucrar con ellos en la industria cosmética y farmacéutica manipulando células madres y órganos de pequeños nonatos asesinados por falta de conciencia, por evasión o por la siniestra intervención de los emporios del mal.