El Hallazgo del Dr. Pakt - Parte II -
La expectación era grande esa noche en el edificio del congreso. Se había corrido la voz entre los sabios, autoridades y miembros distinguidos de la comunidad, y esa noche no cabía un alma en el salón. El Dr. Pakt, se decía, iba a sorprender una vez más a la comunidad con uno de sus sensacionales descubrimientos. Y este, se murmuraba, era algo para recordarse.

Sentados alrededor del recinto de piedra, cuál teatro griego, los presentes murmuraban con impaciencia mientras el Dr. Pakt se tomaba su tiempo para aparecer.

Para aumentar el efecto teatral –al buen Doctor le encantaba el suspenso y el show -, las luces se habían mantenido bajas, y unas mesas de metal se habían colocado en el centro del recinto, cubriendo con mantas blancas algo debajo de ellas, cosa que no hacía más que acrecentar la curiosidad y desatar las conjeturas de todo el mundo.

Ramuilo se encontraba ya en su puesto, de pie junto a una de las mesas cubiertas, recordando vagamente por su aspecto y posición a un mayordomo Inglés. El Dr. Pakt tampoco le había comunicado a él la naturaleza del descubrimiento que iba a anunciar esta noche, pero en su papel de asistente personal del Sabio, su hombre de confianza, estaba obligado a pretender estar enterado de todo, por lo que su expresión era tranquila y relajada ante la gente. Pero en el fondo también a él le carcomía bajo la superficie la curiosidad por saber de qué se trataba todo el asunto. Solo había escuchado murmullos y comentarios en voz baja del Dr. Pero la verdad es que estaba tan sumido en la ignorancia sobre el asunto a revelar, como el resto de los presentes.

Finalmente, ataviado con su túnica blanca de sabio, hizo su entrada el Dr. Pakt, recibido por los aplausos de los concurrentes. El anciano de larga barba blanca y cejas inusualmente pobladas hizo una reverencia y agradeció con un gesto los aplausos, pidiendo un poco de silencio con las manos.

-Queridos Colegas- Empezó diciendo.

-Amables vecinos, capitanes y amigos…-

Los aplausos desaparecieron y la concurrencia escuchó con atención, mientras el hombrecillo se aclaraba la garganta y continuaba.

-La noche de hoy es una gran noche para la ciencia de nuestro pueblo… Hoy, después de largos estudios practicados a los fascinantes objetos encontrados en la excavación del sitio llamado “adoratorio” y el “centro ceremonial”, me es un orgullo presentarles los resultados de nuestros estudios, los cuales sin duda presentan nuevas y tremendas conclusiones sobre la vida de los antiguos…-

Los presentes murmuraron entre sí, impresionados. Pakt volvió a pedir silencio con las manos.

-El Dr. Chem, y el Dr. Perm, del pueblo vecino, - Continuó el anciano, señalando hacia un punto en la pared del recinto, hacia el sur- han compartido mis estudios y han apoyado mis conclusiones, por lo que estamos seguros en alto grado, que lo que vamos a presentarle ahora, es con toda certeza, pura y llanamente, una verdad de la ciencia-.

Nuevos murmullos de admiración y gestos de asentimiento.

-Señores-. Pronunció el Dr. Pakt con grandilocuencia. –Hemos descubierto que nuestros antepasados, los antiguos, adoraban como nosotros al Dios interior ¡-

Una ola de comentarios y gestos de admiración barrió el auditorio. Algunos arqueaban las cejas o abrían grandes los ojos por la sorpresa. Pakt trataba de silenciar los comentarios con las manos, evidentemente disfrutando el efecto de sus palabras entre la concurrencia. Ramuilo dibujó una sonrisa de satisfacción.

-Imposible ¡- farfulló un anciano vestido de toga negra, con aspecto de sacerdote medieval, poniéndose de pié. –Los antiguos -sabios y prodigiosos como eran-, carecían de este sagrado conocimiento ¡ -

-Es verdad ¡- Apoyó otro hombre maduro con aspecto de campesino, levantándose también. – Es de todos sabido que ellos veneraban a un Dios invisible que habitaba en el cielo, y que fue con motivo de ese Dios que fueron a la guerra y se destruyeron ¡-

-Así es!- gritó otro desde el fondo, subiéndose a su asiento. –Nunca se ha probado que hubieran llegado a conocer al verdadero Dios ¡ ¡Murieron casi todos antes de saber la verdad ¡-

Pakt levantó altos los brazos pidiendo silencio, imitado por Ramuilo, y poco a poco la gente se calmó de nuevo.

-Es verdad!- Concedió el sabio. –Hasta ahora así había sido. Es lo que todos hemos sabido por cientos de años- Afirmó. –Sin embargo, queridos amigos, la historia está por reescribirse, la leyenda por cambiar… He aquí las pruebas-

Haciendo un gesto dramático, Pakt jaló la sabana que cubría la primera mesa y dejó al descubierto lo que esta ocultaba. La gente se puso de pie con un murmullo, estirándose para ver mejor.

Sobre el centro de la mesa solo había un pequeño objeto, sucio y gastado, pero reconocible aún: un teléfono celular.

La concurrencia miraba el objeto con desconcierto, entrecerrando los ojos.

Pakt tomó el objeto con la mano, lo levantó para que la gente lo viera mejor, y después, con otro gesto melodramático, hizo un movimiento con los dedos, haciendo que el aparato se abriera. La gente soltó otro murmullo, admirada.

-Que es eso, por todos los cielos?- Preguntó uno.

-Esto, amigos, es la prueba de que los antiguos veneraban al Dios interno…- Afirmó Pakt, acercándose a la gente y mostrándoles el aparato.

-En esta superficie pulida, la persona veía su reflejo con total claridad, como si de un balde de agua o un estanque se tratara- Continuo el Dr. Demostrando lo que decía con movimientos parsimoniosos. –Cuando la persona sentía la necesidad de entrar en contacto con su Dios interno, solo tenía que sacar de sus ropas el amuleto sagrado, ponerse frente a este, y pronunciar los mantras-

La concurrencia volvió a murmurar sorprendida, pero algunos no parecían convencidos.
-Pero Dr.!- Rezongó uno con tipo de maestro al frente, meneando la cabeza. – Como puede estar seguro de que esta cosa servía para eso?-

-Si ¡, Como?- Apoyaron otros.

Pakt sonrió e hizo una seña a Ramuilo. Este se acerco a la mesa y tomó de ella un gran pliego de papel, desdoblándolo y mostrándolo hacia la gente. Otro murmullo de admiración.

Impreso a todo color, el gastado poster mostraba a varias personas sosteniendo frente a su rostro, o cerca de este, teléfonos celulares.

La gente veía con asombro el maravilloso papel en el que parecían haber quedado atrapadas varias personas, increíblemente reales y que sin duda eran parte de la raza de “los antiguos”. Esperaban que de un momento a otro estos se movieran o hablaran, pero permanecieron totalmente inmóviles como pinturas o estatuas. La voz de Pakt los sacó de su asombro.

-Nuestras investigaciones han demostrado sin duda, que nuestros ancestros usaban estos talismanes sagrados para entrar en contacto con su Dios interior, tal como lo hacemos nosotros con los arroyos, ríos y otros depósitos de agua. Y lo sabemos con certeza por esto…- Pakt mostró de nuevo el aparato, señalando los botones debajo del cristal.- Por los símbolos santos.-

-Oooohhh!- Exclamo la concurrencia, mirando incredula lo que Pakt les mostraba. Se Trataba de los mismos simbolos que llenaban un grueso libro, descubierto años atrás, y que de haber sido capaces de leer, los sabios habrián descubierto llevaba escrito en letras grandes y doradas la palabra “Biblia” en la cubierta. Los simbolos eran muy conocidos ahora, y la gente hasta decoraba sus casas con ellos, aunque nadie tenia idea de lo que significaban, excepto que eran simbolos santos, ya que estaban juntoa imágenes que represantaban al Dios de los antiguos. Ahora ahí estaban, en aquel magico talisman.

-No hay duda..- prosigió el Dr. Pakt .- de que la presencia de los simbolos santos en el talisman,confirman mi teoria. La persona que lo usaba, para conseguir sin duda un poco de privacidad en su comunion con el Dios interno, hacia uso de estos simbolos cuando estaba en un lugar publico, guardando asi la discreción necesaria para tan santo ritual. Imaginen si todo el mundo diera por rezar los salmos en voz alta mientras usaba el talisman en publico ¡ Sabemos que solian reunirse por miles en ciertos lugares. Imaginen a miles de ellos recitando los salmos al mismo tiempo, el ruido sería muy molesto ¡ Por lo tanto, esta ingeniosa solucion creada por los antiguos sabios era maravillosa. Todo el mundo podria estar en comunion con su Dios personal al mismo tiempo en cualquier sitio sin importunar a los demás.-

Frases de asentimiento corrieron por la sala. Aquel era, sin duda, un descubrimiento tremendo. Una vez mas, el hombre de aspecto de sacerdote medieval se puso de pie, rascandose la cabeza.

-Es muy interesante, sin duda, querido Doctor Pakt.- Dijo con voz seria el hombrecillo. –Sin embargo, no podemos estar seguros que este maravilloso talisman haya sido usado por unos pocos, o muchos de los antiguos.-

La gente asintió ante la justa observación. Pakt sonrío.

-Así es, queridos amigos. Esa no es mas que la verdad. Y así sería, sino hubieramos encontrado esto en el “centro ceremonial”…-

Con amplio movimiento, Ramulio, que ya estaba preparado, jaló la tela que cubría la segunda mesa. Una exclamación aún mayor cruzó el salon. Sobre la segunda mesa, cientos de raspados, sucios y gastados celulares yacian apilados. Eran quizá unos 400 o 500 aparatos.

El sacerdote y otros mas miraban asombrados la gran pila de celulares difuntos. Por si eso no fuera suficiente, Pakt desplego otro viejo y dañado poster frente a ellos. En el papel se veía a a una multitud de “antiguos” cruzando la esquina de una calle, la mayoria de ellos con celulares cerca de sus rostros.

No quedaba la menor duda. La gente comenzó a aplaudir emocionada. Pakt sonreía de oreja a oreja. Ramulio sonreia tambien, emocionado por lo que tambien para él habia sido una excitante noche. Pakt calmaba a la concurrencia.

-Amigos, amigos. Por increible que parezca. Eso no es todo…- Dijo con tono de orgullo. La gente guardó silencio al oir aquello, expectante.

Pakt caminó hacia la tercera mesa, aun cubierta, con paso lento. La tela que la tapaba era mayor y parecia cubrir algo mas allá de la mesa y lo que había sobre esta. Era el momento cumbre del show que el viejo Doctor habia preparado para asombrar a los sabios de su epoca, y de paso a todo los demás. Su momento para ser recordado por generaciones por venir. El Doctor estaba saboreando aquel momento. La gente miraba inmovil.

-Hemos descubierto tambien, aunque parezca increible, que los antiguos no solo veneraban al Dios interno, al igual que nosotros, sino además… y esto puede ser un poco desconcertante, que tambien lo hacían dentro de sus casas..!-

-No puede ser ¡- Grito alguien.

-Abominacion!- Dijo alguien mas, ofendido.

-No puede ser que tambien posea usted pruebas de algo así, doctor ¡- Comento con incredulidad un tercero.

Pakt se volvió a mirar a Ramuilo y le hizo un gesto. El pobre ayudante, con el corazon latiendole como tambor por la emoción, removió de golpe la tercera tela.

La exclamacion mas fuerte de la noche, recorrió el salon. Las expresiones iban desde el asombro hasta el terror, pasando por la incredulidad total y la repugnancia mas profunda.

Sentado en una devencijada silla de metal frente a la mesa, un esqueleto humano descanzaba recostado sobre el teclado de una computadora, dirigiendo una ultima y eterna mirada a una pantalla plana, apagada ya hacía miles de años y para siempre.

Y mientras los gritos y las exclamaciones llenaban el salon, Ramulio, tratando de contener su emoción, dirigió una mirada al triste despojo a su lado. Lo embargaban dos emociones. Una morbosa inquietud por la cercanía de aquel ancestro suyo, congelado en un ultimo instante de fervor religioso, y un tremendo orgullo por ser el asistente personal del Doctor Pakt, aquel hombre cuya sabiduría acabó por penetrar el mayor de los misterios.

En verdad que no había limites a la ciencia humana ¡



Robert Tallman. Feb. 1998.