Goldie Hawn fue uno de los rostros más habituales del cine durante varias décadas. Desde su debut cinematográfico junto a Ingrid Bergman en Flor de cactus (1969) -que le valió el Óscar a los 24 años- su sonrisa y encanto natural se apropiaron de la cartelera en varias ocasiones hasta que, de repente, dejamos de verla. 

Entre 2002 y 2017, la rubia dorada de Hollywood desapareció por completo de la pantalla. Y ahora, a sus 74 años, explica qué le pasó durante esos 15 años de ausencia.

Después de estrenar la comedia Amigas a la fuerza con Susan Sarandon, la compañera de vida de Kurt Russell durante los últimos 37 años le dijo adiós a la actuación, la producción y todo lo relacionado con el mundo del cine. Lo había conquistado todo, trabajando sin parar desde muy joven, tenía 57 años y sencillamente dijo basta. “

No iba a esperar a que el teléfono sonara” dijo en una entrevista a The Guardian. “Y tampoco iba a seguir produciendo porque lo hice durante 25 años y no quería seguir haciéndolo. Lo había hecho y ya está. Era hora de seguir adelante”.

Pero Hawn no se quedó quieta (su perfil en Instagram es muestra de ello). Esta mujer que baila libre desde su juventud debido a su madre, que fue profesora de baile, y nos entretiene a mares bailando en vídeos por su casa, cocinando o mostrándonos momentos divertidos en familia junto a Kurt o sus hijos, y sin nunca perder la sonrisa, ha estado muy ocupada lejos de las cámaras. 

Y es que muchos no lo saben pero dedicó aquellos años a algo completamente ajeno a Hollywood: creó un programa de mindfulness para niños llamado MindUp que hoy se enseña en escuelas alrededor del mundo.

Esa misma mujer que desafío al Hollywood machista mucho antes de la llegada de #MeToo produciendo películas con personajes femeninos en territorios masculinos, como fue La recluta Benjamín (1980) o Gatos salvajes (1986) -donde Wesley Snipes y Woody Harrelson hicieron su debut- siempre estuvo interesada en el bienestar físico y mental. 

Comenzó a ir al psicólogo a los 21 años, continuando su terapia durante 8 años “porque quería entender más sobre mi mente, mi psique y cómo podía volver a sentir alegría” después de su ascenso veloz al estrellato. Fue cuando tenía 26 años que se inició en Meditación Transcendental, cambiando su vida para siempre. Corría el año 1972 “y hasta Los Beatles meditaban”.

En su experiencia, la primera vez que meditó vivió una experiencia “visceral”. “Fue increíble. Redescubrí algo solo en esa primera vez. No puedo explicar la alegría que volvió a mí. Fue un momento de transformación. Estabilizó mi mente y me dio una pieza de mi interior que era solo mío. Nadie podía tocarlo. Y es algo que hago desde entonces”.

"Mis intereses son enormes. Estoy fascinada con la condición humana, la espiritualidad y la religiosidad" afirma, y esa pasión por el mindfulness la llevó a pensar en producir un documental sobre la felicidad y el funcionamiento del cerebro, pero durante la investigación descubrió el alto porcentaje de suicidios entre jóvenes. 

“¿Qué pasó con la niñez?” se pregunta mientras recuerda la inocencia de la suya, caminando libre por la calle y con las puertas de los hogares sin cerrarse. Pero tras los ataques del 11 de septiembre, decidió olvidar la idea del documental y comenzó a crear la idea de MindUp.