La primera edición de los Premios Talía, creados por la Academia de las Artes Escénicas de España, se ha consagrado a los grandes los musicales.

Además de las cuatro categorías específicas, otras tres producciones resultaron vencedoras en los apartados de mejor vestuario, iluminación y vestuario, a lo que hay que añadir que el premio especial al reconocimiento del público —decidido por la organización— recayó en El rey león, que lleva 11 años representándose en la Gran Vía madrileña, el más longevo de la cartelera española.

En total, ocho galardones. Entre ellos, el triunfador ha sido Company, que se ha llevado tres: mejor actor de teatro musical para Antonio Banderas, mejor dirección de teatro musical para Arturo Díez Boscovich y mejor espectáculo de teatro musical. Mireia Portas ha ganado el de mejor actriz de teatro musical por Cantando bajo la lluvia.

Aparte de los musicales, la gala de entrega de estos nuevos premios, celebrada la noche de este lunes en el Teatro Español de Madrid, estuvo marcada por la variedad.

La coreógrafa y bailarina Rocío Molina, durante su discurso de agradecimiento por el premio a la mejor intérprete femenina de danza, con Nacho Duato y Aitana Sánchez-Gijón al fondo.

Solo otras dos obras además de Company se llevaron más de un premio. Los santos inocentes, adaptación de la novela de Miguel Delibes dirigida por Javier Hernández-Simón, se coronó como mejor espectáculo de teatro y se llevó el de mejor actor de reparto para Luis Bermejo.

Y Malvivir, protagonizado por Aitana Sánchez-Gijón y Marta Poveda, fue distinguido como mejor espectáculo de compañía (Ay Teatro) y ganó el de mejor música original para Yayo Cáceres, responsable también de la puesta en escena.

Por cierto, Yayo Cáceres subió una vez más al escenario para recoger el premio a la mejor productora privada de espectáculo escénico para Ron Lalá, que codirige junto a Yayo Cáceres. Y aprovechó esta última ocasión para subrayar la paradoja de que justo ahora la compañía no tiene trabajo.

Fue de las pocas reivindicaciones que se escucharon en una gala amable, pero que se le hizo larga hasta a los ganadores. Carmelo Gómez, galardonado como mejor actor protagonista de teatro por Las guerras de nuestros antepasados, soltó al recoger su premio casi al final de la ceremonia: “¡Vamos a dormir!”. Poco antes, Luis Bermejo había abierto la veda: “¡Qué hambre!”.

La ceremonia, retransmitida por La 2 de TVE, empezó a las diez de la noche y duró dos horas y media largas. Había muchos premios que repartir.

Veintiocho categorías y cinco distinciones especiales: premio por el cambio social y la inclusión en las Artes Escénicas para Bob Pop; premio de honor para Lola Herrera; premio talento emergente para María Hervás y Sergio Bernal; premio al reconocimiento del público para El rey león, y premio extraordinario para Antonio Resines.

Así que básicamente la ceremonia fue un subir y bajar trepidante de galardonados, con actuaciones sueltas entre medias sin ninguna unidad temática. Hubo números de danza como el de Antonio Najarro y un recitado de textos de Lorca a cargo de Lluís Homar, Carlos Hipólito, Magui Mira, Raúl Prieto, Marta Poveda y Manuela Velasco, con la voz de la cantante India Martínez de fondo. El pegamento lo puso Cayetana Guillén Cuervo, presidenta de la Academia y presentadora de la gala, que animó con naturalidad al público en cada una de sus intervenciones.