La mirada optimista de George Clooney sobre el futuro de las salas de cine

En la era de las reuniones por Zoom, la habitación detrás de ti realmente puede contar una historia, y así fue con George Clooney. 

En una videollamada reciente para hablar sobre su nueva película de Netflix, “Cielo de medianoche”, Clooney señaló los estantes de la sala detrás de él, los cuales había llenado de forma apresurada con libros y botellas de licor.

“¡Esto es lo que me queda, amigo!”, dijo Clooney con la frustración actuada de un padre que les cede el reino a sus hijos. 

“Tomaron la oficina y la convirtieron en una sala de juegos, luego tomaron el bar y lo convirtieron en una guardería”.

Clooney ha pasado los últimos meses en cuarentena en Los Ángeles junto a su esposa abogada, Amal, y sus gemelos de 3 años, Ella y Alexander, mientras le daba los toques finales a “Cielo de medianoche”, la cual dirigió y protagonizó.

 En ese drama de ciencia ficción, Clooney interpreta a un científico que lucha por advertirle a un grupo de astronautas en el espacio que la Tierra ha sido devastada por una catástrofe no especificada.

Desde que Clooney terminó de rodar la película a principios de este año, a nuestra Tierra tampoco le ha ido muy bien. En una entrevista extensa, conversamos sobre la pandemia, la nueva era de la emisión en continuo de Hollywood y del presidente saliente, a quien Clooney solía encontrarse en Nueva York cuando “era solo un perro persiguiendo chicas”.

A continuación, algunos extractos editados de nuestra conversación.

P: Con la recaudación en taquilla fuera de la ecuación, y un servicio de emisión en continuo que no necesariamente reporta las cifras de audiencia, ¿cómo se decidirá si “Cielo de medianoche” es un éxito?

R: Tienes razón, es una gran diferencia. Quizás sea algo bueno; he tenido muchos fracasos. Mira, voy a cumplir 60 este año, y tengo la dicha de estar en un plató con gente que adoro, trabajando en una profesión que tengo la increíble suerte de tener. Así que supongo que eso es una especie de triunfo en medio de todo este asunto. No tuve esa suerte durante la primera parte de mi vida: tuve trabajos que odié, y vivía para los fines de semana.

P: Hace poco le dijiste a GQ que“es aburrido ser solo actor”, pero seguramente a todos los directores en Hollywood les encantaría trabajar contigo. ¿Ya no encuentras proyectos que te emocionen?

R: Sí los hay, pero las reglas han cambiado para mí. Tuve una racha con tres películas que fueron “Un romance peligroso”, “Tres reyes” y “¿Dónde estás, hermano?”. Si me llegara alguno de esos guiones con un papel que pudiera interpretar, lo haría, pero ese tipo de guiones no son comunes. No estoy aburrido de actuar; me preocupa más la idea de que sé muy bien cómo terminan las carreras.

P: Hay un momento en “Cielo de medianoche” en el que tu personaje le pone una mascarilla a una niña y le dice: “No te la quites nunca, pase lo que pase”. Me imagino que ese diálogo se siente muy diferente ahora de lo que pretendías.

R: La idea de que politicemos ese tipo de cosas es una locura. Si [Donald] Trump hubiera declarado desde el principio: “Todos usaremos cubrebocas porque es lo correcto, y eso va a salvar muchas vidas”, todo el país lo habría respaldado, y habría sido reelegido. Pero pensó que afectaría su economía, así que decidió decir que no existía. Y ahora vamos a tener 350.000 muertos.

P: [Joe] Biden ha dicho que una vez que Trump esté fuera del panorama, será capaz de salvar la distancia y encontrar a republicanos que estén dispuestos a cooperar con él. ¿Estás de acuerdo?

R: No, no sobre eso. El mundo es diferente ahora. Es decir, Ted Cruz, ¡piensa en lo idiota que es este tipo! No me importa cuál sea tu posición política: si un tipo dice que mi esposa es horrible y que mi padre asesinó a Kennedy, nada en el mundo me convencería de decir: “Voy a defenderte”.

Todos y cada uno de estos tipos tienen aspiraciones más grandes: Marco Rubio, Ted Cruz, Mike Pence, todos ellos. Creen que las personas los apoyarán porque piensan: “Me quedé contigo, Don”, pero la verdad es que no lo harán. Siguieron con Donald porque Donald, a pesar de todos sus gigantescos problemas como ser humano, es un carismático presentador de circo.

P: Hay quienes sugieren que los demócratas deberían jugar a eso también y presentar candidatos como tú u Oprah Winfrey.

R: Eso sería divertido, ¿no? Vaya, qué gran manera de pasar el último tercio de mi vida, tratando de lograr acuerdos con personas que no tienen intenciones de lograr acuerdos.

P: Quizás no sea tan inaudito. Después de todo, Barack Obama y tú están en Netflix ahora.

R: Lo que pasa es que Obama entró en razón. Acaba de entender qué es lo verdaderamente importante. [Risas.]