La ruta del Bacalao según Pirlo de Félix
MIS PENSAMIENTOS SOBRE LA RUTA DEL BACALAO
Ahora que mis momentos de angustia han terminado, ahora que tengo la mente en blanco, me veo obligado a escribir sobre un pensamiento que me ronda la cabeza, y sobre lo que he visto hasta ahora, y lo que ha llegado a ser.
Yo soy un chico que tuve dieciséis años, que los fines de semana quedaba con mis amigos, recién duchado, afeitado con unas gotas de colonia vorago, el pelo engominado, zapatillas adidas, pantalones levi´s , camiseta de manga corta de color blanco y un paquete de tabaco negro.
El resto de mis amigos, vestía igual, la separación entre ellos y yo se vio propiciada primeramente por el autobús de marcha, el autobús de la marcha, te llevaba a tomar drogas, beber alcohol y tener sexo con otras personas, que también lo cogían.
La ruta del bacalao era el trayecto que hacía el autobús de la marcha, el autobús salía del centro de la capital y te llevaba un viernes por la noche a todas las discotecas donde las drogas, el alcohol, las peleas, y algún embrazo no deseado tenían lugar hasta bien entrada la noche del domingo casi la madrugada del lunes de la semana siguiente cuando el autobús hacia su recorrido de vuelta hasta la capital. Los jóvenes bajaban del autobús, se duchaban y se iban a tomar la última copa en cualquier bar que abría el lunes de mañana y en ese estado de euforia, sin cansancio y sin estar bien psíquicamente fichaban en la fábrica en la cual estaban empleados.
Las conversaciones y las caras de depresión por el bajón que pega la droga, el alcohol, el haber estado toda la noche bailando, a un ritmo rapidísimo vertiginoso al compás de la música máquina y el ritmo del bacalao.
El oficial de la fábrica donde trabaja ese joven que viene de la ruta del bacalao, no distingue entre una persona ha estado de la fiesta en discotecas de valencia dos noches y tres días de otra que no lo ha estado, incluso el oficial de la fábrica que sólo es una persona casada y padre de familia que habrá estado trabajando en su huerto o pescando en sus horas libres, no dice nada, al ver joven fumando hachís en medio de la fábrica. Por el contrario ese joven necesita volver a colocarse, por que el lío que lleva en el cerebro, necesita de nuevas drogas para poder tranquilizarse.
Me acuerdo de la música bacalao que llevaban todos los jóvenes en el radio cassette del coche puesta a todo volumen, para seguir con la fiesta un martes por la tarde, muchos iban ha hacer el turno en la fabrica de tarde, otros volvían de terminar el turno de mañana, otros simplemente conducían a esas horas con la mente y el pensamiento fijo en que ya faltaba poco para el viernes tarde hora de volver a coger el autobús de la marcha hacia Valencia.
Un miércoles por la mañana me encontré con Vicente Mallasen, estaba sentado en un banco de una placeta justo enfrente de una panadería.
–Hola Vicente, le dije yo
–Hola buenos días, me contestó el
–¿Cómo es Vicente que no estás dentro, en la panadería de tus padres?
–El lunes me baje del autobús de la marcha y tuve que ir a un medico psiquiatra, y ahora me han dado la baja por de presión y ansiedad, el psiquiatra ha hablado con mis padres y les ha dicho que este fin de semana alguien me vendió droga adulterada.
Vicente Mallasen me dijo que lo estaba pasando interiormente tan mal que no podía realizar las dos cosas al mismo tiempo controlar su cerebro y amasar pan o ni tan siquiera atender a los clientes en el despacho de panadería, de sus padres.
Amigos que Vicente Mallasen tienen, chicos a los que sus padres daban dinero todas las semanas para festear a sus novias, gastaban todo lo que les daba sus padres y lo que les podían coger de la caja del negocio y compraban un billete dirección valencia parada en todas las discotecas y bares de la Capital de la Comunidad Valenciana.
Hay otros que no se dejaron captar por el autobús de la marcha y por la ruta del bacalao, hay otros que disfrutan y mucho de la compañía femenina o masculina según los casos, chicos y chicas que salen en pandilla, pero a lo mejor hacen otras cosas, no drogarse el viernes por la tarde hasta el lunes de mañana.
Un día festivo es un día de relax, es un día donde puedes ir a tomar el baño a una piscina climatizada, puedes tomar un jacuzzi, puedes tomar una sauna, o tomar el sol. Salir luego a una terraza a tomarte un helado o refresco,
De pasajeros en el autobús de la marcha hay de todas las condiciones sociales, los hay que sus padres tienen dinero y ellos los invierten en la ruta del bacalao y los hay que trabajan para comprarse un billete todas las semanas a Valencia.
Muchos pasajeros de autobús de la marcha destino Valencia y sus discotecas, hoy por hoy, cómo está el mercado laboral y con la precisión que se necesita para hacer bien cualquier trabajo, creo yo, solicitarían la devolución del dinero de los viajes y de los excesos del alcohol y las drogas de diseño, blandas, duras y adulteradas.
Recuerdo haber hablado con un pasajero del autobús que hacía la ruta del bacalao a valencia y me dijo en un tono muy serio:
–Si encontrará al camello que me vendió cocaína adulterada que me ha dejado con una enfermedad mental incurable lo iba a denunciar ante la asociación de derechos del consumidor.
Yo desde mi despacho encuentro una razón lógica a la ruta del bacalao y sus excesos con las drogas y el alcohol, es este país tuvimos a un dictador durante casi cuarenta años gobernando este país, y gobernaba y reprimía por eso para evitar excesos, por que los billetes de autobús y las drogas de diseño, las ingestas de alcohol y lo embarazos no deseados, el ir una persona en un estado de embriagez al puesto de trabajo hace cincuenta años no hubiera sido permitido por razones de salud o por la razón que el gobierno del dictador hubiera creído lógica aplicar ante el desenfreno de una parte de la sociedad.
Si me preguntan que vino en España después de la muerte del dictador; yo diría la transición democrática, la constitución y la venganza de todos lo que estaban reprimidos por el gobierno dictatorial, y que cuando éste murió trataron de vengarse haciendo de la corrupción, de el fraude, de el desenfreno, de el libertinaje su herramienta de trabajo.
Los pasajeros del autobús de la marcha que yo conocí, ahora tienen de treinta y cinco a cuarenta años, los que son padres de familia tienen que subir a sus hijos y además trabajar y pagar todo lo que gastan, más las hipotecas y los prestamos. La razón primera de los que se sentaban y pagaban su billete para Valencia era: Ahora que podemos hacer lo que queremos por que nadie manda en el país, vamos quemar nuestras vidas, antes que nos hagamos viejos y no podamos disfrutar de ellas. Estos han tropezado de frente con la economía del país y este país no es rico, vive demasiado de los impuestos que los habitantes pagamos al gobierno de la nación.
Los hay que quemaron sus vidas, la salud de sus padres, el dinero de la familia y ahora vienen sus hijos, al mismo país donde viven los padres. Demasiado libertinaje, para los habitantes de un país que no es rico en recursos, como minas de diamantes, filones de oro, pozos petrolíferos.
Aquí no puedes irte con el autobús de la marcha, aquí el dinero que tienes lo debes de gastar para formarte en una carrera como estudiante o ser un obrero cualificado ambos deben saber hacer bien su trabajo, antes de que sean viejos y no puedan rehacer sus vidas
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