¡Estoy cansada de que me pidan que salga de mi cuarto! -.“Eugenia hay mucha oscuridad… ¿Podés prender una luz?… Y hace frio ¡abrígate!… ¿No tenés ganas de salir?... Te va a hacer bien…-. Me dicen…

¿Qué saben de mi?, ¿qué saben qué me va a hacer bien?, la verdad es que quise incendiar todos mis cuadernos, para así no tener donde escribir, y sentirme menos inútil… Sin embargo, trágicamente tengo más hojas que corazón… Pero pensándolo bien, no tengo por qué escribirte, porque estás cerca… Aunque la distancia sea otra.

Es raro como la gente va desapareciendo de a poco, como quien junta maletas en plena madrugada, y atraviesa alguna puerta sin los zapatos para no hacer ruido… ¿Se entiende no?… Pero aunque no haya sonido… Yo me doy cuenta, ya lo sé… Y por eso tiré todas las llaves de casa, por si se te hace muy difícil la huída… Igual no pensaba escribirte nada, si seguramente la que va a leer un “adiós” voy a ser yo. ¿Recordás cuando éramos chicos y no nos conocíamos? ¿SabÍas en ese momento que yo hoy iba a llorar deseando volver a ser una niña?, ¿o simplemente tus ojos me dejaron de ver?...

María acaba de llamar, dice que en la facultad reprobé en una materia, ¡este mate está más frio que tu alma!… Y yo que no puedo dejar de tomarlo ¿tendrá algo que ver con vos?, ¡bah que tanto lío! mejor lo dejo en la mesa, y cuando tenga ganas lo guardo… ¿Será que alguna de todas esas cosas que me dijiste esa noche todavía rondan en tu cabeza?, ¡y esta birome que se corta!, al final las cosas se parecen a sus dueños mucho más que los perros… Ahora si que no se me ocurre nada para escribirte, estoy segura que no te va a importar que me acuesto a las una… solo para intentar dibujar una o dos letras en esta hoja, pero ya llevo cuatro días y no creo que salga nada interesante… Y pensar que iba a dejar los cigarrillos, ¡ahora ni loca!, si encima de extrañarte me tengo que prohibir un simple vicio… Me gusta fumar de noche mientras miro las estrellas, y a veces… Te confieso… Que me gustaría que justo ¡ahí! Suene el teléfono… Y seas vos… Si ya sé, ya sé… Ya somos grandes para esas cosas, pero esto tampoco es una carta, ¡y ni tengo planeado escribirla!, lo que pasa es que me dejo llevar por esas cosas tontas que nos gustan a las chicas, pero por suerte fue un momento… Casi se me escapa que estoy enamorada de vos… ¡Que suerte que duró solo un momento eso de mirar las estrellas, sino me moría de la vergüenza!

¿Por qué será que siempre hay una mujer detrás de un hombre comprometido?, me parece que odio a los ladrones yo… Como cuando me asusté porque pensé que me iban a robar… Pero esto es distinto… Esta clase de ladronas son las que ¡de un día para el otro le roban a una el amor de su vida… Y ni perdón piden! , y una se queda así… Toda tonta… Preguntándose ¿qué pasó?... A veces estas ladronas también me dan miedo… Pero mejor ni me preocupo…Total… Yo no quiero regalarte ninguna carta… Que lo hagan ellas… A ver si pueden tener algo propio.

Los fantasmas también me dan miedo… Y la gente viva es la peor… De eso no se salva nadie, por eso me gusta quedarme en casa, así fumo un cigarrillo en la cocina y mientras Manuel Carrasco canta “que nadie te haga sufrir”, me siento completamente a salvo de todas esas cosas feas… Mejor sigo pensando que nosotros dos somos parte de un final feliz, y que todavía no te perdí… En una de esas no me equivoco y te hago una carta de amor, ¿tendré que esperar mucho para eso?... Si ya sé que lo mas probable es que nunca te enteres de lo que me duele que otras mujeres te deseen tanto… ¡Y yo que me vengo a enamorar del más simpático del mundo! Justo a mi…” La más insegura de todas”, y esas que te siguen no tienen ninguna gracia… Aunque por dentro me muera de celos, ¡pero eso no es nada!... Mira si va a ser por eso que estoy mal… Cualquiera se daría cuenta que no estoy mal… Solo me estoy muriendo de rabia, pero eso es distinto… Ojala me lo pudiera creer yo misma…

La verdad no pude guardar el secreto y le conté a María que estamos juntos, pero me dijo que lo voy a arruinar… Y ¿querés que te diga una cosa?… Esa María es más bruja que yo, si no lo acierta, se aproxima, entonces le pedí que me ayude a hacer una carta, para vos… Así te recupero, pero me parece que para eso hay que saber escribir bien, aunque una vez escuché por ahí que lo sencillo es lo más hermoso, si fuera tan fácil… Pero siempre la complicada soy yo… A veces te digo una cosa me dan unas ganas de… No mejor no lo digo mira si se cumple y después nunca más vuelvo a ser feliz…

Mi amor que suerte que esto no es una carta así no te das cuenta lo mucho que te amo, y mejor para mí que no lo sepas, así mi corazón no corre ningún peligro… Al fin y al cabo ¿donde están mis cartas? ¿y los poemas de amor? ¿y la fidelidad?... Me parece que estas ladronas, me hacen enojar.

Pero no importa me alivio de no haberte escrito ninguna carta, porque entonces no te vas a dar cuenta que estando así de cerca te siento más lejos que de costumbre… Y no sé si fue el mate, o los ladrones, pero creo que la hoja está llena y mi cuerpo totalmente vacío…

¡Menos mal que no te hice una carta!... Así no me siento tan ingenua por pensar que la vas a leer, y lo que es más importante “que la vas a entender”…

¿Con amor?… ¡No, no! , mejor solo pongo... Eugenia…