El sol inquieto no resiste, e impaciente comienza a rozar las persianas, hasta notarme entre las sabanas casi desmayada del sueño, (¿sería bueno imaginar a un hombre al lado mío?... No importa dejaré los detalles para después)… La sutil tibieza de sus rayos dibujan en mi piel nuevos colores, y abro los ojos un poco confundida… (Ahora bien, mis mañana siempre fueron confusas, más si el trabajo me llama), pienso en todos los problemas con los que tendré que lidiar… Es aquí donde la historia cambiará… Porque desde la noche anterior sabría que estás adentro mío, invadiendo mi vida de manera oportuna, entonces mientras los segundos se acomodan en mi cabeza, para empezar a levantarme de esa cama, sonrío… Todo ha cambiado, con mis dos brazos te abrazo, y te siento, y se que eres mío, eres vida, que yo quise crear, estás adentro, estás adentro y Dios sabe que ya ni los hombres serían mi problema… Ahora ya no importa si despierto al lado de alguien, te tengo, y que hermoso es saber que jamás volveré a sentirme igual…

  Primer rutina… “El trabajo”, los mismos jefes, las desagradables obligaciones, parecían seis interminables horas, pero llega el mediodía y no dejo de contar el tiempo, para volver a casa y disfrazarme de otro cuerpo, un poco más grande, con forma de globo, y probarme cientos de blusas desajustadas… Y pensar que antes salía casi desnuda, y ahora sólo quiero cubrirte, y cuidarte del mundo allá afuera, y me repito que el trabajo no estuvo tan mal, porque ahora estoy en mi habitación, y te miro, e imagino cuando salgas, ¿y cómo será tu voz?, ¿qué dirás primero?...

Luego de una pequeña siesta, la tarde se aproxima con malintencionadas personas, que se cruzan adrede en mi camino, (es algo inevitable, toda mi vida fui propensa a padecer gente con gigantezcos dientes, y bocas que no paran de hablar, que difícil me resultaba ser indiferente), queriendo sacar lo peor de mi, insultos, agravios, calumnias, la antigua yo, se hubiese encargado muy bien de ellos, recordándoles la miserable vida que llevan, y una que otra cualidad poco agradable, sin embargo, una vez más sostengo mi vientre, respiro profundo y bendigo a la vida, los perdono, sonrío… ¡Que suerte que estás conmigo!, ¿no te parecen irracionales?... Ahora nada de lo que me digan importa, porque estás dentro mío sólo tu sabrás lo que siento, lo que pienso… ¡Bendigo a la vida!

  Llega la noche y por primera vez en años no quiero que termine el día, me faltan tantas cosas por imaginar, tantos nombres, jugar con la intriga ¿serás varón o nena?... Serás mi amor lo que en este mundo vino a salvarme, ya no estaré triste nunca más, aún cuando me vayas a dejar, porque pensar en vos, es pensar en el sol de la mañana sin importar quien dormirá al lado mío, en las rutinas, en el trabajo, pero de una manera completamente distinta, y siento que quiero salvar al mundo como tu a mi, para que así vivas en un lugar mejor, lleno de luz, ser tu refugio, el consuelo que necesites siempre, te prometo ser incondicional, te amo y aún no entiendo como podía existir sin vos en mi cuerpo, en mi piel, ¡que hermoso día!…

  Entonces, abro los ojos un poco confusa, la noche terminó, ningún hombre está al otro lado de las sabanas, pero una sensación a futuro se impregnó en mi piel, soñé que por fin llegabas y le dabas el color perfecto a mis mañanas…

Ahora trabajo duro todos los días, me esfuerzo y simpatizo más con la gente, aún no estás adentro mío, pero cuando llegues al mundo prometo hacer de mi vida un lugar mejor en el que puedas refugiarte, la tarea ha comenzado… Seré feliz  no te voy a fallar, ya llegará el momento apropiado, por lo pronto, espero, sonrío… Y te imagino conmigo.