El actor Richard Gere (73) ya no se prodiga como antes ni en la gran pantalla ni en los medios de comunicación, algo comprensible dada la vida tan relajada y discreta de la que disfruta junto a su esposa, la española Alejandra Silva (40), y los dos niños pequeños que se desprenden de su sólido matrimonio.
Sin embargo, de vez en cuando al protagonista de 'Pretty Woman' le gusta sorprender a sus fans, regresando a la palestra para hablar de sus creencias budistas, del trabajo solidario que desarrolla con su mujer, publicista de profesión, o como ahora, para echar la vista atrás y recordar las penalidades que tuvo que sobrellevar en la década de los setenta, cuando su carrera todavía no había despegado.
La estrella de Hollywood ha calificado esa época como "desesperada", en la que vivía básicamente a base de huevos porque, como ha señalado, acudir a un restaurante, por modesto que fuera, "no era una opción". "Tengo que decir que en los años 70 estaba todo el día muerto de hambre. Estaba empezando, tratando de meter cabeza. La verdad es que en Nueva York nadie se hacía rico. Pasar hambre era la norma para mucha gente, sobre todo para los actores que querían comenzar su trayectoria en la ciudad", ha revelado en una charla con el diario The New York Post.
El testimonio del intérprete, quien saltó a la fama gracias a la película 'Gigoló', en 1980, se enmarca en su más reciente visita a la ciudad de los rascacielos.
Gere asistió esta semana a una gala para recaudar fondos en favor de la asociación benéfica City Harvest, que hace acopio de productos de primera necesidad procedentes de cafeterías, pastelerías y restaurantes de toda la urbe, para distribuirlos luego entre numerosos bancos de alimentos. "La comida es vital, es un derecho humano, pero no todo el mundo en este país puede satisfacer sus necesidades. Y todo está tan caro a día de hoy. Estoy encantado de poder echar una mano", ha declarado.
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