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Hola, cariño:

Desde el primer momento estoy deseando escribirte la más hermosa carta de amor del mundo.

Han pasado las horas, los días… Pero aquí sigo intentando inútilmente cómo expresarte tanto.

A veces tengo la sensación de que el mundo no existía antes de conocerte. Ahora es diferente.

Todo lleva tu nombre, tu rostro, tu mirada, tu sonrisa… Y te sueño, mi amor. Despierta y dormida.

El sol al amanecer baña tu piel… Me quedo observando cómo se filtra a través de tu ventana

con una sutil envidia al ver ésa luz que te envuelve y te abraza, de la brisa que te besa en tu “Varanda"

Las noches se iluminan contigo. La espera se me hace eterna y tu presencia hace que el tiempo se esfume, se disuelva, se derrame sin poder atraparlo como un manantial de agua entre los dedos en un aliento.

Tu risa es mi risa, mi anhelo, mi deseo diario -especialmente la que sale desde el fondo de tu alma en una carcajada espontánea donde la Niña de tu “olhar” salpica de gozo y llega a las mías- … Bailas y cantas... O cuando lloraste al ver que aún seguía viva… ¡Dios, yo te importaba!

Y me moría por sentir tus abrazos, refugiarme en tu pecho, descansar en ti… Beber cada lágrima tuya para después convertirla en pétalos de flores que adornasen tu cabello -refugio de luz de luna- Adoro observar como creas, cantas, me retas… A veces un niño. Otras veces poeta. Y otras muchas, mi amor, todo mi universo en tus manos.

Mi gran hombre bueno, tierno, dulce, romántico. Con un sentido del humor a veces cínico, excéntrico… o inocente. Inteligente. En ésos retos me ablandas hasta derretir mis defensas -y me hago la tonta a veces para no herir tu entusiasmo-. Hacer el payaso para hacerme reír en los duros momentos…¡Ay!

Ésa aparente seguridad que esconde toda la inseguridad del mundo y te encierra en un mutismo desesperante, rotundo. Hipersensibilidad a flor de piel que en un solo día -en pocas horas- puede hacernos pasar por todos los infiernos, purgatorios o cielos de Dante. Comer sin apetito para despertar tu hambre. Dormir a tu lado para que descanses…

Escuchar de tus labios un “Te quiero, un Te amo” que siempre me emocionan y no acabo de creerme…

Un cuento de hadas donde es el príncipe quien se encierra en la torre esperando a su amada. Escribes y recitas a escondidas los más bellos versos cuando sabes que el mejor verso es tu mirada.

Escuchar tu voz, Sentirte a mi lado.

¿Cómo explicarme para que comprendas que cambio todas tus poesías, canciones, imágenes dedicadas por un solo momento contigo?

¿Cómo hacerme entender para que sientas cuánto te amo y te necesito y cómo me das la vida cuando siento que exprimes la tuya hasta la última gota sin que la rutina te harte porque tú a mí no me cansas? …

Al fin, ya lo ves. No existen palabras. No puedo ni se cómo hacerlo.

No hay verso en el mundo ni encuentro la rima, la estrofa, el soneto

ni una melodía que sea la apropiada.

… Una carta de amor.

¡Tan solo una carta…!

Pero no una cualquiera.

No es la más bella. No es extraordinaria.

No expresa ni en sombras todo lo que siento, mi vida.

Me rindo. La dejo. Me siento frustrada...

Tan solo un Te Amo me sale del alma.

… … …

Nieves María Merino Guerra

Gran Canaria – España

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