Respuestas a esta discusión

Permalink Responder para Alfred Rathbone el junio 19, 2009 a las 8:07pm

Es cierto que en la actualidad hay muchas alternativas a leer libros, las conocemos todos y los tiempos evolucionan, es definitivamente difícil leer una obra como David Cooperfield, por muy magistral que sea, en nuestro atareado tiempo moderno, pero escritores como Salinger, Bryce Echenique, Milan Kundera, John Kennedy Toole continúan leyéndose y continuarán leyéndose, una pequeña encuesta en las casas editoriales y librerías daría prueba de ello. No son best sellers, pero se leen y también muchos otros, una prueba fue la reciente Feria del libro de Madrid..

En cuanto al microrelato, para mí no responde a la modernidad, sino a la superficialidad, no dice nada y miremos a las estadísticas de sus lectores, está en crisis antes de haberse impuesto.
No se pueden comparar las novelas de Dan Brown y Stieg Larsson que se venden por millones, con las de los clásicos que mencioné antes y que no entran la categoría de Best Sellers, pero esto no quiere decir que los Best sellers como ‘The DaVinci Code” o ‘Millenium’, nada simples y con temas apasionantes, vayan a desaparecer, al contrario, continuarán, porque llenan un vacío en la literatura de masas que la televisión y el cine de Hollywood no han sabido llenar. En cuanto a que la novela o los libros van a desaparecer, échenle una mirada a este vídeo de la reciente 'Feria del Libro de Madrid'.

Permalink Responder para Walter Etchevarry el junio 20, 2009 a las 4:06am

Si los microrelatos fueran el futuro de la literatura estaríamos muy mal, en ellos si hay superficialidad. La diferencia con las novelas de de Stieg Larsson y Dan Brown, es que ellos dedicaron años a la investigación de sus temas y a escribir. Y lo han hecho bien.

Permalink Responder para Ismael Lorenzo el junio 21, 2009 a las 3:33pm

En las dos o tres primeras décadas del siglo pasado, surgieron las bases de la literatura moderna, con las obras de Proust, Joyce y Kafka, la novela cambió no en extensión, pero sí en intensidad. Es la diferencia con Charles Dickens, Balzac y otros novelistas del siglo XIX. Es cierto que hoy Proust y Joyce no se leen mucho, pero nunca se leyeron demasiado, nunca fue una literatura popular.

Pero dentro de esta línea, con una flexibilidad más moderna, Norman Mailer, Hemingway, Salinger, Vargas Llosa, Carlos Fuentes. Bryce Echenique y muchos otros se siguen leyendo.
Recuerdo que en mi juventud, años '60, todos leíamos 'La Piel' de Curzio Malaparte, era una lectura obligada y apasionante, en la actualidad la juventud no lo conoce, es una realidad diferente, pero no altera la calidad literaria.

Hoy en día hay más cine, Internet, cable televisivo, pero todavía existen una gran cantidad de lectores. Y las nuevas tecnología en realidad, no son enemigas de la novela, sino que la ayudarán. El 'Kindle', todavía costoso, cambia el concepto de 'libro de bolsillo' a 'biblioteca de bolsillo'.
Al poner a nuestro alcance libros que ahora valen quince, veinte, treinta dólares, por sólo uno o dos dólares, aumentará la cantidad de lectores.

Siempre habrá lectores. El éxito que tienen los escritores suecos en estos momentos es una prueba, escriben novelas de calidad para nuestra época de Internet y televisión. La novela no desaparecerá, pero los que eran muy apreciados hace medio siglo, quizás ahora no lo sean, pero surgen otros que sí.

Permalink Responder para Eugenio Rodríguez el junio 23, 2009 a las 12:47am

La novela popular aspira a entretener; la novela literaria, a crear. Aquel escritor lo guía la captación del lector, la venta de libros y su adaptación al cine. Esto otro aspira al logro artístico aunque su estilo resulte difícil para el lector masa. Es, por tanto, de esperar que la novela popular sea la más aceptada por las nuevas generaciones condicionadas al entretenimiento ubicuo, excepto que para estas generaciones el formato papel se le ofrece foráneo, torpe, anticuado. (De ahí que los periódicos estén en crisis.)

La literatura como hasta ahora la hemos concebido está llamada a ser inconsecuente en ese futuro que se nos avecina, así como la música clásica o seria, que requiere tanta concentración. Actualmente un CD digamos de música de cámara que venda unos 100.000 discos se considera un éxito, mientras que cualquiera de reguetón o uno de Julito Iglesias vende fácilmente millones.

Y en cuanto a la brevedad del cuento corto e incluso el microrrelato, si por brevedad entendemos superficialidad entonces habría que decir lo mismo de los poemas haiku. Y ¿no fue Jorge Luis Borges, con su obra “fragmentaria”, como él le llamaba, un creador de mayor peso que muchos novelistas?

El tema requiere mucho más espacio que esa notas de Twitter.