Alejo Urdaneta

LA HIJA DE RYAN
David Lean. 1970


“La hija de Ryan” pertenece a la última etapa de la cinematografía del cineasta David Lean. Las obras de este cineasta han sido grandes superproducciones: Doctor Zhivago, Pasaje a la India, entre otras que quizás han tenido mayor reconocimiento que la comentada en esta sección.
Lean ha sabido combinar el espectáculo de gran escena con el retrato intimista y profundo de los personajes, armonizando en detalle la grandeza y la mezquindad, y poniendo su cámara al servicio de los espacios interiores y exteriores, con igualdad de valor armónico. Sus filmes se expresan con la imagen por sí sola, y los diálogos son los indispensables para narrar una historia de pasión y conflictos políticos que se desarrolla en un pequeño pueblo de la costa irlandesa durante la rebelión del pueblo contra el dominio inglés ante el creciente nacionalismo irlandés: un drama político y religioso. Es un pueblo agreste y de montañas escarpadas junto a un mar exaltado por los vientos. Así son también los personajes del drama de La Hija de Ryan. Y el pueblo todo cumple principios rigurosos de la religión católica, y es severo contra el libre arbitrio de la conciencia, seguidores fieles del Padre Collins.
Rosa Ryan es una mujer de veinte años, hija del tabernero del pueblo. Rosa será el centro de la historia que relata la película, y a su alrededor cinco personajes masculinos perfectamente definidos y dibujados por David Lean junto a Robert Bolt, guionista de la película, que fue también el guionista de Doctor Zhivago, para el director David Lean. Todos estos hombres aman de una u otra manera a Rosy. Las emociones y sentimientos de estos personajes bajo el influjo de la poderosa naturaleza formarán la trama de la película.

Rosy es una mujer romántica, caprichosa e idealista, bastante diferente al resto de habitantes del pueblo. Para ella el pueblo es un ámbito demasiado pequeño y cerrado. Pobreza y rigor político en un pueblo que tiene, como todo pueblo, a su loco amable: Michael, deforme y enamorado también de Rosy. La mujer cree que la única persona que puede satisfacer sus expectativas, es Charles Shaghnessy, amante de la Sinfonía Heróica de Beethoven, maestro local y viudo que le dobla la edad, pero con el que comparte esas inquietudes y aficiones. Contraen matrimonio, pese a las dudas iniciales del propio Charles y del padre Collins, el párroco del pueblo. El matrimonio resulta un fracaso y se impone la frialdad entre los esposos. La llegada de un joven oficial inglés, el mayor Doryan, un militar herido de guerra, para dirigir la guarnición y recuperarse de sus heridas de guerra, desencadena el adulterio.

Se plantean amores contradictorios y que no suelen tener un final feliz. David Lean justificó su afición por las historias de amor diciendo “me gusta hacer películas sobre mujeres, me gusta contar historias de amor, creo que son fascinantes. Pienso que la excitación de una aventura amorosa es difícil de superar”. La escogencia de otras obras nos permite hallar esa inclinación del director. Baste recordar el triángulo amoroso entre doctor Zhivago con Tonya, su esposa, y Larisa, la amante.
En el filme que comentamos hallamos el dilema para la mujer que debe elegir entre la seguridad de un amor maduro pero insatisfactorio, a pesar de ser el mejor de los esposos, como comenta ella misma, y la aventura pasional despertada por el joven oficial inglés.

El proceso de acceso a la madurez de la protagonista, es visible en el desarrollo de la trama. Rosy pasa de ser una joven soberbia y engreída tal como se manifiesta al inicio de la película con el desprecio que muestra hacia el tonto Michael por su fealdad y retraso mental, hasta convertirse en una mujer adulta al final del metraje, con su cariñoso gesto de despedida para Michael.
El propio Lean lo explicó diciendo que “La hija de Ryan trata sobre la dificultad de crecer abriéndose las puertas a la vida adulta”. En este proceso juega un papel fundamental el descubrimiento de la sexualidad. Rosy lo afronta de una manera traumática al colisionar el ideal romántico con la realidad. Se nos muestra en la notable secuencia de la noche de bodas, y de la propia boda lo apreciamos por completo, cuando observamos, una vez más, el carácter agreste de los habitantes del pueblo y su sexualidad reprimida, que supone una decepción para Rosy.
En el polo opuesto está el explosivo primer encuentro sexual con el mayor Doryan, en el bosque, donde Lean vuelve a utilizar de una manera desaforada los elementos de la naturaleza: los árboles, las flores, los insectos… todo muestra el impulso vital de los protagonistas.
En resumen, una película donde aparecen muchos de los sentimientos y las formas de actuar de los seres humanos: el amor y la infidelidad, la traición, la intolerancia, la culpa, los recuerdos traumáticos…. Si hemos de adscribirla a un género podríamos decir que se trata de un melodrama, pero con una fina expresión estética de la naturaleza y el logro de mostrarnos sin palabras las pasiones de sus personajes.