Respuestas a esta discusión

Permalink Responder para hugo el julio 14, 2019 a las 8:33pm

Albert Camus, según surge de la frase citada, por temor a sufrir o por placer de vivir, anhelaba la vida inmortal, querido amigo. Intuyo que eso mismo le sucede a muchas personas, y hasta creo que, de tanto desearlo, seremos consentidos. Al fin y al cabo, el alumno más rebelde suele llegar a convertirse en el sucesor del Maestro, y eso enuncia que, a pesar de nuestros yerros humanos, tenemos la chance y la obligación de crecer y mejorarnos cada día, en esta o en otra dimensión en que nos hallemos. Yo estoy creciendo, aunque, quizás, no se note. Lo que no logro es aumentar de peso, pese a ingerir todo lo que me invitan a probar, amigo... Pero no pierdo la esperanza de lograr inclinar la balanza (siempre y cuando no aumente mi panza... ). Abrazonrisas y buenas ondas para ti. 

P.S.: el tema que abordas es de vigencia permanente y no ha de haber a quien no le interese. 

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Permalink Responder para juan ignacio arias anaya el julio 15, 2019 a las 7:44am

Responder a lo posible, meta que Camus agrega 

Saludos 

Ignacio 

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Permalink Responder para Nuria de Espinosa el julio 19, 2019 a las 7:35pm

Interesante historia. Un placer leerte. Saludos

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Permalink Responder para MARGARIDA MARIA MADRUGA el julio 23, 2019 a las 2:35pm

Muy interesante.

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Permalink Responder para Alfredo Maldonado el agosto 5, 2019 a las 12:38pm

Siempre he tenido la sensación de que Camus, con todo y su talento, escribió sobre Sísifo más por ser Camus que por entender la tragedia del mito. Sisifo no era un rutinario ni mucho menos feliz, era un condenado por hacer el bien, por retar a los dioses, al poder.

Podría llegar a arrepentirse de sus actos, como el pecador en el Infierno, o persistir en su terquedad. No es rutinario ni sueña ni justifica rutinas quien desobedece al poder absoluto, por eso castigo es comenzar de nuevo cada vez que cumple el castigo.

Sisifo es rebelión, no resignación. No ama la vida que le imponen, ama la que tuvo y en la cual se rebeló. Es ésa la parte teórica gloriosa, ¿qué pasa si de tanto empujar y volver a empujar termina aplastado por la piedra? Que los dioses se vacían, quedan sin víctima. ¿Y si de tanto empujar y volver a empujar logra tirarla por el otro lado? Que habría derrotado a los dioses por segunda vez.

Tal vez es lo que intenta la oposición venezolana, que admitió la tiranía en base a un pueblo que ingenua y cómplicemente se entusiasmo como millones de alemanes con Hitler y el campesinado ruso con el marxismoleninismo y como los cubanos con aquél Fidel Castro de rosario colgado en el pecho. No previeron que sólo cambiaban de dueño. Después estuvieron empujando sus rocas hasta que fueron aplastados por Stalin o por Fidel Castro y su perversa astucia, o liberados por los dioses que vennían de otros olimpos para adueñarse de la montaña con Sísifo adentro. Con una roca diferente.

Alfredo

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Permalink Responder para Alejo Urdaneta el agosto 5, 2019 a las 3:50pm

Camus rehusa el suicidio. La vida no tiene sentido y sin embargo hay que vivir. De allí surge el heroismo. La verdadera respuesta, siempre según Camus, es la rebelión representada en la valentía y lucidez, es solitaria, la glorificación del orgullo. Pero la rebelión no tiene esperanza porque nace de la visión de la muerte absoluta.

“Oh, alma mía, no aspires a la vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible”.

Me satisfacen estas charlas de café con un amigo sonriente y con mucho sentido del humor.

Un abrazo.

Alejo

Alfredo Maldonado dijo:

Siempre he tenido la sensación de que Camus, con todo y su talento, escribió sobre Sísifo más por ser Camus que por entender la tragedia del mito. Sisifo no era un rutinario ni mucho menos feliz, era un condenado por hacer el bien, por retar a los dioses, al poder.

Podría llegar a arrepentirse de sus actos, como el pecador en el Infierno, o persistir en su terquedad. No es rutinario ni sueña ni justifica rutinas quien desobedece al poder absoluto, por eso castigo es comenzar de nuevo cada vez que cumple el castigo.

Sisifo es rebelión, no resignación. No ama la vida que le imponen, ama la que tuvo y en la cual se rebeló. Es ésa la parte teórica gloriosa, ¿qué pasa si de tanto empujar y volver a empujar termina aplastado por la piedra? Que los dioses se vacían, quedan sin víctima. ¿Y si de tanto empujar y volver a empujar logra tirarla por el otro lado? Que habría derrotado a los dioses por segunda vez.

Tal vez es lo que intenta la oposición venezolana, que admitió la tiranía en base a un pueblo que ingenua y cómplicemente se entusiasmo como millones de alemanes con Hitler y el campesinado ruso con el marxismoleninismo y como los cubanos con aquél Fidel Castro de rosario colgado en el pecho. No previeron que sólo cambiaban de dueño. Después estuvieron empujando sus rocas hasta que fueron aplastados por Stalin o por Fidel Castro y su perversa astucia, o liberados por los dioses que vennían de otros olimpos para adueñarse de la montaña con Sísifo adentro. Con una roca diferente.

Alfredo

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Permalink Responder para Alfredo Maldonado el agosto 5, 2019 a las 4:01pm

Justamente en estos días ando pensando en el suicidio, analizando sus variantes, ¿recuerdas aquél Jesús que sabía lo que se le venía encima y aún así se entregó a la tortura y a la muerte? O Judas, ¿se arrepintió segundos antes de que la cuerda le apretara el cuello, dónde está Judas, en el infierno como suicida, en el purgatorio como penitente o en el cielo como discípulo del Hijo de Dios que se dejó matar? ¿Hay que vivir una vida a la que no se le encuentra sentido, o de la cual se canse uno? Para responder esa pregunta hay que responder antes otra: ¿de quién es la vida, del hombre que la recibe le guste o no, o de Dios que la da sin explicaciones?

La vida y la muerte, y sus decisiones, son vainas muy complejas y misteriosas

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Permalink Responder para MARGARIDA MARIA MADRUGA el septiembre 3, 2019 a las 7:39pm

Las aspiraciones a la vida inmortal no son para muchos.
Toda persona de sentido común hará lo que sea posible para vivir más y mejor.
Mi opinión, por supuesto.

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Permalink Responder para Alfredo Maldonado el septiembre 3, 2019 a las 8:48pm

Las aspiraciones a la vida inmortal son para todos, salvo algunos ateos desesperanzados. Todas las religiones del mundo, a lo largo de la historia, en todos los pueblos, culturas y países, plantean la certeza y la expectativa de la vida inmortal.

Y coinciden en que no es tan sencillo como vivir más y mejor aquí -que también es una aspiración, uno de los principales motores de la vida- sino que implica la aspiración a la divinidad -Dios, Yahvé, Alá, Osiris, Zeus, como lo imagine y sienta cada quién, el cual es el que juzga si la persona ha hecho méritos para morir, abandonar el cuerpo limitado y frágil, y elevar el alma a la vida eterna, inmortal.

Y más de uno que rechaza toda religión, siente que algo hay más allá.

Alfredo

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Permalink Responder para BEATRIZ SUSANA OJEDA el septiembre 3, 2019 a las 10:22pm

Hay seres que transitan por la vida vegetando, sin exprimir al máximo su potencial. La vida pasa y no regresa. Muchas gracias por tus aportes amigo Alejo. Es un placer leerte.

Cariños

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Permalink Responder para Alejo Urdaneta el septiembre 4, 2019 a las 6:58am

Pienso que no hay ateos aunque lo proclamen. Todos vivimos en torno a la idea de Dios, con cualquier nombre que le demos. Dios es el absoluto y nunca lograremos alcanzarlo. Lo percibimos en el paisaje del mar, que mientras más violento se ponga nos atrae más. 

El capitán Ahab es rebelde a Dios y lucha contra Moby Dick, una ballena que es el reflejo o símbolo del hado que le está impuesto a su predestinación, y sucumbe con horrenda grandeza.

Hay personas, como pudiera ser yo mismo, que nos titulamos "librepensadores". En el fondo de esa condición está la luz inalcanzable de Dios. Esa es la lucha, más dura que una convicción, ante el enigma del universo divino.

Nunca dejaremos de pensar en Dios y llamarlo cuando nos abate algún percance. He allí al hombre sin destino y con la duda clavada en sus pensamientos.

Saludos.

Alejo

Alfredo Maldonado dijo:

Las aspiraciones a la vida inmortal son para todos, salvo algunos ateos desesperanzados. Todas las religiones del mundo, a lo largo de la historia, en todos los pueblos, culturas y países, plantean la certeza y la expectativa de la vida inmortal.

Y coinciden en que no es tan sencillo como vivir más y mejor aquí -que también es una aspiración, uno de los principales motores de la vida- sino que implica la aspiración a la divinidad -Dios, Yahvé, Alá, Osiris, Zeus, como lo imagine y sienta cada quién, el cual es el que juzga si la persona ha hecho méritos para morir, abandonar el cuerpo limitado y frágil, y elevar el alma a la vida eterna, inmortal.

Y más de uno que rechaza toda religión, siente que algo hay más allá.

Alfredo

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Permalink Responder para juan ignacio arias anaya el septiembre 7, 2019 a las 6:02pm

Terrible diatriba se presenta a todo humano 

Y sin embargo... ¡Hay qué  seguir viviendo!

Saludos 

Ignacio 

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