Texto en el que hago alusión a un ser que vive en mi casa y que trato de conocer y además me hablo con él todos los días .

El don de la ubicuidad es aquel que tiene una persona para estar en dos sitios al mismo tiempo, yo no conozco a ninguna persona que pueda estar en dos sitios a la vez, pero no diría lo mismo del espíritu que vive conmigo desde hace años en mi casa.

Este espíritu sí puede estar en dos sitios a la vez, pues puedo estar yo en la habitación donde duermo y decirme que baje al salón donde tengo el sofá pues tiene ganas de hablar conmigo.Luego él me dice cuando estoy arriba, que baje abajo pues él ya me está esperando para charlar.

Hablar es un nivel superior que solo tiene el hombre. pero para relacionarse con el espíritu tengo que hacerlo de forma que las palabras me salgan del corazón yo le pongo mucho cariño a cada frase. El espíritu a lo mejor no sabe castellano pero siempre intuye que le quiero y le acepto, como amigo y con él puede que tenga con el tiempo alguna relación de parentesco de tipo más serio.

Luego nuestro diálogo aparte de poder ser con palabras, también es a través de la mente a través de nuestro estado interior, así como yo me siento en mi interior, él se siente en su interior, nos comprendemos bien.

Yo nunca estoy solo cuando noto que puedo caer en una depresión por aburrimiento me aseguro que no hay nadie más en casa y me pongo a hablar con mi espiritu.

Hace días empecé ha tener confusiones cuando nos hablabamos: el espíritu y yo. Nosotros siempre quedamos en un plano de igualdad después de cada conversación ya sea mental o utilizando el nivel del hablante. El fallo estubo en que el espíritu tiene una hija y esta también quería conocerme.

Las hijas son más tiernas y en ocasiones requieren de otro cariño y aunque me cueste admitirlo su "líder siempre será su padre" como más bajo en este mismo escrito dejo reseñado.

Tuve que encontrar el punto exacto en la comunicación entre lo humano, y lo espiritual y en escuchar a su hija ya, que por lo que voy aprendiendo y deduciendo en las conversaciones ella me quiere a mí más que a su padre. De esto no estoy seguro, pero creo, que me quiere como a marido.

A día de hoy se que hablo con un espíritu, que tiene el don de estar en más de dos sítios a la misma vez y que este a su vez tiene una hija que quiere ser mi esposa. No quiero entrar en más detalles ya que hay una relación de amistad íntima entre los tres que me impide hablar más del asunto, pero como es un tema que me gustaría desarrollar más algún día he querido ponerlo aquí por escrito hablar un poco de el estado en el que me encuentro y la relación de parentesco que he llegado a tener con mi amigo el espíritu y su hija.

Solamente podré un poco de orden es este post, si el espíritu tiene una hija y esta me ha elegido a mí como esposo cuando yo me muera y el espíritu de su padre me deje de hablar pero el de su hija me siga hablando, yo seguiré exitiendo de forma espí­ritual también, puede que dentro de cien años estemos formando un triángulo amoroso en cualquier hogar del mundo. Mi mujer, su padre y yo, conviviendo de forma inmortal.

Si yo con el espíritu tengo una relación de igualdad y él me dice que le llame dios, esto me hace pensar que cuando estamos los dos en el mismo plano de igualdad "yo tambien seré dios" es en este momento en el que entra su hija para decir: " pero el líder és mi padre" entonces la conversación solo retorna al punto de la comprensión, a la llegada del orden, a la ausencia de caos cuando admitimos que ella és su padre.