Hoy he llorado

Y me he preguntado que señal nos ofrendo aquel que nos creo

Aquello que nos recuerda nuestra humanidad.

Que será aquello palpable y tangible que Él sembró en nosotros

Aquella prueba observable que nos rescata de convertirnos en una máquina más

Lo que los científicos aún no logran entender.

Lágrimas cristalinas y saladas, como diamantes, simbolizando pequeños tesoros

asomaron a mí dándome la respuesta que tanto buscaba.

Hoy he llorado

Un gusto acuoso fugo de mis ojos sin freno alguno

Espontáneo y puro como el llanto de un niño, como aquella niña que solía ser.

Es el milagro de las lágrimas, trayendo a luz la esencia de mi alma al desnudo.

Mis lágrimas, las mismas que me han acompañado y acompañaran mientras viva.

Hoy he llorado

Como siempre lo he hecho desde que asome a este mundo

Varias veces por tristeza, varias veces por alegría

Por los que sufren de verdad y por mis aparentes sufrimientos

Por lo abandonada que fui y lo amparada que estoy

Por las llagas de las injusticias propias y ajenas

Y por mis impotentes ganas de arreglar el mundo, sabiendo que me iré sin poder entenderlo.

Entre torrentes de carcajadas y esteros de penas

Y por amor, siempre por amor.

Hoy he llorado

Y sin pedir permiso, ellas me han vuelto ha enjugar y purificar.

Redimir y exorcizar.

Me han hecho sentir vulnerable, desposeída y ajena

Pero también profunda y maravillosamente humana.

Hoy he llorado

Y lo he hecho sin tapujos, sin importar nada.

Ejerciendo mi derecho exclusivo y milagrosamente humano

Disfrutando del obsequio que Él me dio para avisarme que estoy viva.

Hoy he llorado

Y está vez de alegría, aquella que te cosquillea diáfana y suave

Ellas han vuelto a asomar, mágicas como partes ínfimas de las plumas de un ángel.

Hoy he llorado

Y está vez han surgido en forma de caricia, caricias de otro milagro, el de la amistad

Y volví a recordarme que soy humana, que somos humanos, que aún podemos llorar.

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Texto de Israel Cortés, acerca de la función de las lágrimas.

"Di que vienes de allá, de un mundo raro, que no sabes llorar", dice la canción de José Alfredo Jiménez; en efecto, todos conocemos las lágrimas y estamos habituados a ellas, pero es casi un hecho que ignoramos su función biológica, composición e incluso la gama de emociones que pueden expresar. Compartir un momento de gran felicidad, recordar una separación dolorosa, saborear el triunfo o derrota en una competencia deportiva, solidarizarse con la tristeza de una persona estimada, bostezar o reír a carcajadas son actos que, a pesar de su diversidad, poseen algo en común y muy familiar para todo ser humano: todos pueden desencadenar llanto.

Aunque básicamente el lagrimeo tiene la función de proteger al ojo, nadie se opone al hecho de que estas secreciones constituyen una forma de expresión universal del género humano, siendo una de las más distintivas. Hasta donde sabemos, ningún otro ser es capaz de expresar así sus emociones, y aunque las razones para que esto ocurra siguen siendo un misterio, poco a poco se van revelando gracias a distintos estudios científicos.